Durante estos días se ha estado
escribiendo mucho sobre el futuro del ciclismo español, sobre el envejecimiento
de los ‘patrones’ del pelotón nacional y sobre el posible hueco que dejarán
cuando se retiren los ‘Purito’, Samuel, Valverde o Contador. Y de la llegada de
una nueva generación que les sustituya, que se vislumbra, pero no termina de
eclosionar.
Quizás muchas de las respuestas
a estos interrogantes los encontremos si echamos un vistazo al Campeonato del
Mundo sub23 de 2010, celebrado en Geelong (Australia) y al que España acudió
con Jesús Herrada, Mikel Landa, Juanjo Lobato e Higinio Fernández.
Herrada terminaba octavo, una
plaza nada habitual entre los contrarrelojistas amateurs españoles, a 1-18 de
Taylor Phinney, pero a apenas 12 segundos de Tom Dumoulin, al que vimos brillar
el pasado sábado en la crono del Tour, siendo segundo tras Martin. Un resultado
que no engaña, pero que no tuvo parangón en Périgeux, donde el hoy profesional
de Movistar cedía 4-31, ocupando el puesto 30.. ya que no disputó la crono.
El de Mota del Cuervo es una de
las grandes esperanzas del ciclismo patrio, pero en este Tour, su primera
‘grande’, ha venido a aprender, a continuar esa senda tan bien trazada en la
construcción de Indurain, pero que a veces no debe ser seguida de forma tan
minuciosa por otros corredores. A aprender y a echar una mano a Valverde, donde
su prestación debe ser calificada de un notable alto. Por ello no se puede
juzgar el futuro del menor de los Herrada, simplemente saber con quien se codeó
hace unos años y donde debe estar si se le da libertad.
Landa no ha estado en el Tour,
pero si en el Giro, donde fue uno de los gregarios de lujo de Fabio Aru en la
montaña, para terminar en el puesto 34. Unas semanas antes se había estrenado
con Astana ganando a lo grande la última etapa del Giro del Trentino. Por
trayectoria o resultados estamos ante otro corredor con un porvenir nada
desdeñable. Pero si en el caso de Herrada era el aprendizaje el problema, en este
es simplemente la función. Y es que el alavés corre el riesgo de encasillarse
como hombre de equipo, algo que está muy bien pagado y reconocido, pero que no
es lo que ‘necesita’ el ciclismo español. No sé si correrá la Vuelta, pero si
lo hace tiene una oportunidad de oro para demostrar su valor, individualmente
hablando.
Volviendo a Geelong, noveno fue
en el sprint final Lobato, por detrás, pero muy cerca, de Michael Mathews, John
Degenkolb, Arnaud Démare o Sonny Colbrelli, entre otros. Un resultado que tampoco
ha sido habitual en la historia entre los sub23 españoles, pero que habla de su
punta de velocidad, teniendo en cuenta que nadie le hizo la llegada. Bueno,
Landa le echó una mano, sin ser un especialista.
El gaditano pasó de tener un
calendario muy limitado en Andalucía, a gozar de algunas oportunidades menores
en Euskaltel, a recalar en un Movistar en el que lógicamente también tiene que
ocupar un papel secundario, hasta que pudo estrenarse ayer en el Tour de
Walonia. Y es que esa es la desgracia de corredores como él cuando militan en
equipos nacionales: que sus objetivos pueden ser muy diferentes a los de sus
escuadras. Freire dejó el camino marcado.
El cuarto integrante de aquella
formación era Higinio Fernández, quien también terminó en el pelotón delantero
aquel Mundial, aunque en un puesto anónimo, el 44. Corredor completo y con unas
enormes cualidades, el asturiano ha sido una de las víctimas de las crisis del
ciclismo en España: tras no poder aprovechar su oportunidad pro en Caja Rural,
se vio abocado a la recalificación y ha tenido que buscarse las ‘castañas’ en
un Team Ecuador con ilusiones pero sin oportunidades ni apenas calendario.
‘Ginito’ es uno de los muchos
corredores a los que la actual merma de equipos en España les supone no poder
demostrar sus condiciones. Primero, por falta de huecos; segundo, por falta de
paciencia si no se adapta en un plazo corto. Y tercero, y que a nadie se le
olvide, por no poder aparecer en pruebas que realmente les pudieran servir como
trampolín.
No hace falta, pues, mirar al
vacío para comprender el futuro del ciclismo español. Basta con analizar el pasado. Y ojo, el Mundial de 2013 también puede ser una referencia interesante.
Landa si corre la Vuelta, y antes Burgos, donde en mi opinión disputará a Quintana la victoria en Neila.
ResponderEliminarTe has olvidado de David de la Cruz
ResponderEliminarNo me he olvidado. Ni de él ni de algunos otros. Simplemente que la referencia de los cuatro corredores que estuvieron en aquel Mundial, cada uno con una proyección diferente, me pareció muy adecuada para hablar del futuro de nuestro ciclismo. Hay más, y entre ellos De la Cruz, por supuesto
ResponderEliminar