Entre los muchos
papeles que tengo de ciclismo en casa –cada vez menos, gracias a la
digitalización- cuento con una colección de biografías, publicadas por MARCA y
recopiladas por mi padre en los años sesenta, bajo el título ‘40 días, 40 ases,
40 biografías’. Solo conservo las de ciclismo, por otra parte muy numerosas
debido al prestigio de los ‘pedalistas’ en aquella época. Y junto a la de campeones
contemporáneos como Poblet, Anquetil o Altig, se publicaron otras sobre los
primeros héroes de nuestro deporte como los hermanos Pélissier o Mariano
Cañardo, biografía subtitulada como ‘El catalán de Olite’.
Durante mucho
tiempo ese cuadernillo de ocho folios amarillentos y manoseados pero
perfectamente legibles fue la única referencia biográfica que tuve del gran
ciclista de los felices veinte y los terribles treinta, hasta que hace unas
semanas nos hemos encontrado con la biografía escrita por Iván Vega sobre el
catalán –que de navarro tuvo muy poco- bajo el título de ‘El primer campeón’.
Nuevamente gracias al esfuerzo de otro loco ciclómano y de la editorial Cultura
Ciclista se ha puesto remedio a uno de los muchos olvidos histórico de nuestro
deporte.
Y es que en 276
páginas, el autor repasa de forma exhaustiva la trayectoria deportiva y vital
de Cañardo, enmarcada en los acontecimientos históricos –que a menudo te saben
a poco- que le tocaron vivir y que encuadran perfectamente su figura. La tarea
no debe haber sido fácil, ya que se basa fundamentalmente en la investigación
hemerográfica, ardua y poco agradecida, y más aún cuando “los periodistas de la
época, si no sabían bien, inventaban”, aunque haya tenido la suerte de contar
con la colaboración de la entusiasta familia del corredor, especialmente de su
hija Neus.
Pero el resultado merece la pena, y no solamente para ‘casos perdidos’ como puedan ser el propio Iván o yo mismo, sino para cualquier lector que quiera conocer más profundamente lo que es el ciclismo, que en su esencia tampoco ha cambiado tanto. Y es curioso que algunas de las anécdotas de aquel serial de MARCA sobre sus primeros años de vida no se hayan recogido en el libro, aunque espero que se puedan incorporar en una segunda edición.
Pero el resultado merece la pena, y no solamente para ‘casos perdidos’ como puedan ser el propio Iván o yo mismo, sino para cualquier lector que quiera conocer más profundamente lo que es el ciclismo, que en su esencia tampoco ha cambiado tanto. Y es curioso que algunas de las anécdotas de aquel serial de MARCA sobre sus primeros años de vida no se hayan recogido en el libro, aunque espero que se puedan incorporar en una segunda edición.
Lo que no sé es si Cañardo será el primer campeón, como se titula. Antes de leer el libro
me inclinaba por dar ese calificativo a corredores como Julián Berrendero, el
‘Negro de los Ojos Azules’ o a Bernardo Ruiz, al que precisamente dirigió
Cañardo cuando logró su podio del Tour de Francia. Incluso a Vicente Trueba, al que
llamaron ‘Pulga’ no por su estatura, sino por su forma de correr, a saltitos, y
al que bloqueaban con una fila de corredores a su alrededor al inicio de los
puertos para que no se escapase.
Posiblemente,
palmarés en mano –siete Voltas, cuatro Campeonatos de España, un segundo en la
neonata Vuelta a España, dos ‘top ten’ en el Tour y otros tantas en el Mundial,
entre sus cien victorias- y, sobre todo, por su carácter y profesionalidad lo
sea, aunque me ha picado el gusanillo, y tendré que comprobarlo leyéndome ‘Mis
glorias y memorias’, la autobiografía de Berrendero, publicada a finales de los
años cuarenta, otra joya olvidada que tenía entre esos papeles amarillentos en
mi biblioteca.
Estoy finalizando el libro "El primer Campeón" y me agrada que el autor haya enlazado el ciclismo con la historia social, política y económica de unos años convulsos. Y por supuesto es un retrato de un ciclismo "salvaje" donde los pinchazos eran más determinantes que la preparación física. Recomendable lectura. Por cierto, Luis, esa autobiografía de Berrendero que posees hay que cuidarla "como oro en paño". ¡Qué suerte!
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