La selección del Dimension Data como decimoctavo equipo
World Tour ha sido recogida de forma entusiasta por casi todo el ciclismo
mundial, por lo que significa el hecho de que estemos ante el primer equipo de
filiación africana en la élite de nuestro deporte.
Titulares como “Día histórico para el ciclismo” o “La UCI
se rinde ante la emergente África” representan lo que sienten –sentimos- todos
los aficionados. Pero la emoción de esta indudable buena noticia no debe
hacernos perder el norte de varias realidades no tan emocionantes.
La primera de ellas es que la demanda de formaciones World
Tour está muy por encima que la oferta, desgraciadamente. Por ello entró el IAM
Cycling hace un año y por ello se ha invitado ahora al Dimension Data, cuando
la barrera de las exigencias está muy por debajo que hace unas temporadas… y
del estándar que se había fijado la propia UCI. Ello no quiere decir que el
equipo de filiación sudafricana no se lo merezca, por sus éxitos deportivos,
por el trabajo de Doug Ryder, e incluso por programas paralelos que buscan
sobre todo incrementar el uso de la bicicleta en África, entendiéndola como una
forma de vida en el más amplio sentido de la palabra. La lectura del fenomenal
‘La tierra de las segundas oportunidades’ nos puede dar muchas pistas en este
sentido.
Todo ello es mérito del MTN-Qhubeka cuya estructura ha
heredado el nuevo Dimension Data. Pero está por ver si prevalece la misma
filosofía. La entrada de Marc Cavendish y sus guardaespaldas le da un nuevo
carácter al equipo, más internacional y sobre todo más triunfador, como
reclamaba el propio patrocinador. Y quizá menos africano, con un plantel en el
que se ha reducido a doce el número de corredores del continente y cuyo papel
será, en principio, bastante más secundario. Las palabras de ‘Cav’, “con toda honestidad, veo al equipo convertirse en el más grande del ciclismo profesional en pocos años”, muestran a las claras esa dualidad, ¿incompatibilidad?,
africanidad-internacionalismo.
Por otro lado, por mucho que proyectos como éste, el ya
mencionado del Team Rwanda, y otros similares en buena parte del continente,
África no es, ni mucho menos, una potencia emergente en el ciclismo. Es un
trabajo más a largo que a medio o corto plazo, que puede dar frutos aislados,
pero que tiene importantes, y preocupantes, lagunas, comenzando con la
mentalidad, como podemos leer en el libro de Tim Lewis. El nacimiento del
primer WT australiano se produjo bastantes años después de estar cansados de
ver ‘aussies’ en los podios de las principales carreras. Y en Sudamérica, por
ejemplo, aún ni se vislumbra esta opción, cuando por tradición o presente,
países como Colombia ya deberían estar en la máxima categoría mundial. Solamente
que no tienen ni un Ryder ni el patrocinador necesario.
Insisto, la presencia de Dimensión Data, vista como equipo
africano, en la élite debe ser motivo de satisfacción para todos, pero sin
perder nunca la perspectiva de lo que significa y de lo que puede cambiar. Es
más, desde mi modesto punto de vista, el fichaje de Louis Meintjes por Lampre
puede ser mucho más significativo para el ciclismo africano.
Que excelente lectura la de "La Tierra de las segundas oportunidades".
ResponderEliminarUna visión del ciclismo diferente, excitante, cálida...