Recién comenzado el 2018, es el momento de mirar en
perspectiva lo que nos pueden ofrecer los próximos 365 días que, a poquito -muy
poquito, sinceramente-, deben ser mejores en todas las modalidades ciclistas
que los de la ya finiquitada temporada para el conjunto del ciclismo español en
las distintas disciplinas y categorías.
En carretera ya se ha escrito hasta la saciedad de lo que
supone la inminente campaña, con esos objetivos del tridente de Movistar Team
-masculino-, centrados en el Tour -donde, como españoles, pensamos en Mikel
Landa- y en el Mundial de Innsbruck -con ese ahora o nunca de Alejandro
Valverde-, y de las esperanzas que supone tener un equipo femenino al más alto
nivel, el nuevo Movistar. Por ello, solamente me queda preguntarme qué cambiará
en el pelotón nacional con la presencia de seis escuadras, con los
promocionados Euskadi-Murias y Burgos BH, y los neonatos Euskadi, Fundación sin
Fundación, y Polartec-Kometa, Contador sin Contador; si la recuperación del
calendario nacional es real o solo buenos deseos. Y, por supuesto, empezar a
ver ‘cositas’ de promesas como Marc Soler, Enric Mas, Jaime Rosón o Iván García Cortina; de
pocos más aún. Y ‘detalles’ -de momento no exijamos más- de los que vienen
detrás.
Entre las féminas, personalmente me gustaría vivir -aunque
ahora no será en primer plano- la explosión de Sheyla Gutiérrez, sobre todo después de la
‘desilusión’, más propia que de sus seguidores y admiradores, en el Europeo de
Herning.
Al Alba, Rocío
Para el ciclocross, los próximos meses deben ser de
transición. Nuestras principales esperanzas de futuro -Felipe Orts, Jofre
Cullell, Iván Feijoo o Gonzalo Inguanzo- son de primer año en sus respectivas
categorías, por lo que habrá que darles tiempo y ver cómo evolucionan. Y en
algún caso, léase el del catalán, si sigue apostando por el barro u orienta su
carrera exclusivamente hacia el BTT. Eso sí, tenemos que lamentarnos de que las
dos ciclocrossistas que más nos ilusionaron hace muy pocos años, Rocío del Alba
García y Alicia González- hayan orientado sus carreras por otros derroteros.
Continuamos con la madrileña, pero ya en las ruedas
gordas, donde su apuesta por el mountain bike debe tener una recompensa en los
grandes eventos, a tenor de lo visto en 2017. No olvidemos que aún le quedan
dos campañas como sub23. En cuanto a Cullell, vale lo dicho anteriormente: es
su primer año como ‘espoir’ por lo que no hay que exigirle en exceso. Por el
contrario, la ‘Spanish Armada’ seguirá rindiendo, desde un punto de vista
global, al más alto nivel: solamente hace falta que alguno de ellos pueda
rematar en algún objetivo concreto, como le pasó a Carlos Coloma en Río o a
David Valero en algunas de las pruebas de la última Copa del Mundo. ¿Será el
momento ya de Pablo Rodríguez?
#GoTorresGoMora
Desgraciadamente, en la pista nuestras esperanzas están
mucho más limitadas. Juan Peralta puede dar una sorpresa en un keirin en el que
cada vez está más cómodo -cambio de mentalidad más que de preparación- y la
dupla Helena Casas-Tania Calvo estará cerca de las mejores, pero sin opciones
reales de podio. Por lo tanto, nuestras esperanzas en general y en concreto en
el Mundial de Apeldoorn, a finales de febrero, volverán a resumirse en el
hashtag #GoTorresGoMora, individualmente o como dupla… aunque tendremos que
estar pendientes también de la publicación de los criterios olímpicos para
Tokio, para ver si menorquín y castellonense pueden clasificarse en base a sus
propias pruebas o tienen que rezar para entrar por la casi imposible vía de la
persecución por equipos.
Esos mismos criterios olímpicos deberán clarificarse
también para el ‘freestyle’, después de que el primer Mundial de ciclismo
urbano en Chengdú nos ofreciese imágenes tan peculiares como los riders
compitiendo con camisetas en vez de maillots y subiendo al podio en vaqueros,
así como un desconocimiento casi general de las propias reglas de la
competición. Con esas normas ya definidas veremos si es factible que España
esté en Tokio… aunque la cuota de participantes se limite a apenas ocho testimoniales
deportistas. En el BMX original, el ‘race’, mucho tendrán que cambiar las cosas
para ver a los españoles como protagonistas, tanto en próximos Campeonatos como
en los JJ.OO.
El trial, siempre el
trial
Siguiendo en Chengdú, recordar que volverá a ser -tanto en
2018 como 2019- sede del Mundial de ciclismo urbano que también engloba al trial,
una de las escasas disciplinas en la que nuestros ciclistas han subido al podio
en esa lucha por el ‘arco iris’. En este año, la gran incógnita radicará en ver
el rendimiento del indiscutible ‘number one’ tras pasarse a las ruedas de 26” . Un reto para Abel Mustieles en
una disciplina en la que el protagonismo ha sido (casi) siempre francés y en la
que solo un español, Dani Comas, pudo reinar. ¿Y quien cogerá su relevo en 20” , el sempiterno Benito Ros o algún
joven pujante como Ion Areitio?
Terminamos este repaso con el ciclismo adaptado -ojalá se le deje de llamar ciclismo paralímpico de una vez por todas-, donde hay un buen ramillete de protagonistas con distintas procedencias y vinculaciones: el tandem Ignacio Avila-Joan Font, el pistard Alfonso Cabello, el nadador Ricardo Ten, el handbiker Sergio Garrote o el triciclista Joan Reinoso.
Terminamos este repaso con el ciclismo adaptado -ojalá se le deje de llamar ciclismo paralímpico de una vez por todas-, donde hay un buen ramillete de protagonistas con distintas procedencias y vinculaciones: el tandem Ignacio Avila-Joan Font, el pistard Alfonso Cabello, el nadador Ricardo Ten, el handbiker Sergio Garrote o el triciclista Joan Reinoso.
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