viernes, 19 de enero de 2018

La realidad de la pista en España (I): la velocidad masculina

El velódromo de Minsk (Bielorrusia) acoge este fin de semana la quinta y última manga de la Copa del Mundo de pista, una prueba en la que no están presentes los velocistas españoles, salvo Juan Peralta, ya que tanto el trío masculino como el dúo femenino ya están virtualmente clasificados para el Mundial de Apeldoorn (Países Bajos), el próximo mes de febrero.

Esta clasificación de nuestro equipo masculino debe ser convenientemente matizada para ser entendida: a diferencia de las selecciones más potentes, que no necesitan ser selectivas para clasificar y que pueden permitirse llevar equipos B, incluso C, en determinadas mangas para ir trabajando de cara al futuro, la española hizo una inteligente apuesta, aunque con su correspondiente coste económico más elevado: buscar la clasificación en las mangas americanas -en Milton y Santiago de Chile- con una menor competencia. Y ello conllevaba la renuncia a Minsk, siendo sustituida por una concentración que ahora mismo se lleva a cabo en el Palma Arena.

De esta forma, tras el decimoquinto puesto de Pruszkow y el decimotercero de Manchester, las sextas plazas logradas en las dos citas de la Copa del Mundo en el Nuevo Continente supusieron dar ese paso decisivo para entrar en un Mundial donde la clasificación no es fácil, aunque tampoco agónica: en Apeldoorn solo estarán entre 16 y 18 naciones, las doce mejores del Mundo, las campeonas continentales y la mundial.

Estar presentes en la cita con el arco iris es ya un objetivo más que suficiente a día de hoy para el trío de la antiguamente llamada velocidad olímpica, ya que la realidad de nuestros velódromos es poco halagüeña y queda muy lejos de los tiempos dorados, con José Manuel Moreno, José Antonio Escuredo, José Antonio Villanueva y el propio Salvador Meliá, cuando a principios de siglo era habitual la presencia en los podios de las grandes citas.

Con los dedos de una mano

Y es que en España apenas hay velocistas de alto nivel y lo que es más triste, no se vislumbra ningún relevo en categorías inferiores, a tenor de lo visto tanto en competición nacional como internacional. Los especialistas pueden contarse, literalmente, con los dedos de una mano: Peralta, Pepe Moreno y Alejandro Martínez forman un trío que solo tiene un recambio en la persona de Jaime Vega, aunque todavía no haya debutado con la selección en una Copa del Mundo o un  Mundial. En cuanto al ‘quinto dedo’ es muy de agradecer la colaboración puntual de un Itmar Esteban cuya presencia esporádica es solamente fruto de su amor por la pista, ya que su destino profesional no va ya por este camino.

El Mundial de Londres 2016 (45.013, 13º) supuso un punto y aparte en el equipo nacional. En el actual ciclo olímpico, la entrada del prometedor velocista Alejandro Martínez como primer relevo, pasando Pepe Moreno a la última vuelta, en lugar de Sergio Aliaga se notó, ya que en Hong Kong 2017 se subió a la décima plaza, con 44:695. Pero este año los tiempos no han mejorado: 44.976 en el Europeo de Berlín, 44.942 en Polonia y 44.843 en Manchester para no bajar de los 45 en las dos mangas de Milton. En cuanto a los registros de 44.381 y 44.319 de Santiago, no pueden considerarse como una mejora, ya que estamos hablando de un velódromo en altitud.

Es cierto que Martínez no está teniendo su mejor año y que puede y debe mejorar en varias décimas sus marcas personales: en 2017-18 ningún momento ha bajado del 18.1 que hizo el año pasado en Hong-Kong, siendo los 18.217 de Santiago su mejor arrancada. Moreno sigue pasito a pasito, mientras que el margen de progresión de Peralta está más limitado…. y orientado hacia otras disciplinas, como veremos a continuación.

Por lo tanto, esa barrera mágica de los ocho primeros -la que da derecho a las becas ADO y a una tranquilidad tanto financiera como deportiva- parece infranqueable hoy por hoy para la velocidad española. Y a falta de conocer los criterios olímpicos -seguramente en los meses posteriores al Mundial-, la presencia en Tokio 2020 está prácticamente descartada. No es ser agoreros, es comprender la realidad de lo limitada que está hoy en día la presencia olímpica en pista: en Río solamente hubo nueve tríos, con una máxima presencia europea de cinco selecciones.

Peralta, Escuredo y el keirin

Teníamos pendiente a Peralta. El navarro podría estar en la cita olímpica a través de la velocidad individual, ya que la clasificación de una plaza en esta prueba parece factible si se mantienen los mismos criterios de 2016, aunque en esta plaza también podría entrar un Moreno cuyos registros en los 200 van acercándose cada vez más al de Figarol: los dos ‘clavaron’ 9.958 en Chile. Y por supuesto Martínez, si ‘progresa adecuadamente’, aunque esto es una mera elucubración, ya que el alicantino no ha competido aún al más alto nivel en esta especialidad.

Peralta, pues, ha cambiado el chip y ha puesto su mirada en el keirin, una disciplina que ya afrontó en sus primeros Juegos, en Londres 2012, aunque sin ninguna trascendencia. Entrenado y, sobre todo aconsejado por un Escuredo que llevó esa misma progresión con notables resultados -doble subcampeón del mundo y subcampeón olímpico-, la nueva mentalidad del navarro ya se ha dejado notar tanto en Manchester, con la medalla de bronce, como en Santiago, donde fue relegado de la tercera a la sexta plaza por una irregularidad en el sprint. Y es que en keirin no siempre gana el mejor, como siempre ha dicho ‘Escu’, pero el que gana, aparte de no ser un ‘cojo’ puede verse favorecido por la suerte que no es nada determinante en el resto de disciplinas de velocidad, cronometradas.

Mientras que nos aferramos a estas escasas realidades, soñemos con que de cara a París 2024 e incluso a Los Ángeles 2028 el panorama del ciclismo en pista español sea bastante más optimista: y aunque parecen dos citas muy lejanas, sería necesario sentar las bases desde ya.

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Foto 2. RFEC
Foto 3: RFEC / roman_mendoza

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con el análisis Luís, leve mejora de la velocidad por equipos pero no la suficiente todavía, hay que esperar a la evolución del equipo, a mi modo de ver es básico mejorar esa primera vuelta que pone al equipo en movimiento y deja al equipo a la velocidad correcta, eso ayuda a que los otros 2 también vayan más rápido, por suerte Martínez es joven y tiene margen de mejora todavía.

    También cambio de mentalidad para Peralta, me costó convencerlo para que apostara por una prueba como como el keirin, una prueba en la que la experiencia me ha demostrado que la suerte es relativa, (casi siempre le tocaba a los mismos), Chris Hoy tenía mucha "suerte" para mi el keirin es ambiguo en ese sentido, por ejemplo: puede ser más accesible para corredores que no sean números uno, un corredor que sea el séptimo del mundo puede llegar a meterse en las medallas según vaya la competición sin embargo cuando eres uno de los tres mejores a nivel mundial es más difícil que otras pruebas tales como la velocidad individual donde si eres el mejor tienes casi asegurada la medalla y en un keirin siendo el mejor te puedes quedar fuera de las medallas fácilmente, incluso de la final en algunos casos.

    José A. Escuredo/ www.joseescuredo.com

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  2. Menos mal que el análisis empieza por lo bueno, si miramos la Persecución Olímpica ó el panorama de la Madison con lo que hemos tenido hace apenas 10 años es para deprimirse.
    Cadetes para 2024 de momento no se hacen ver, ni tampoco se siembran.

    Toni García
    tonigarvaz@gmail.com

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