viernes, 25 de mayo de 2018

El ciclismo, el deporte perfecto que no necesita cambios


Hace no mucho tiempo -o quizá así, que la perspectiva temporal cambia con los años- participé en una discusión sobre las normas del fútbol y el baloncesto, en la cual los defensores del ‘deporte rey’ defendían y justificaban la perfección del balompié por sus escasas modificaciones reglamentarias en relación con el dinamismo del ‘basket’: “El fútbol es un deporte perfecto, por lo que no necesita cambios”.

Mucho me temo que este argumento es el que prevalece hoy en día entre los aficionados al ciclismo, reacios a los cambios tajantes, pero al mismo tiempo -de forma paradójica- hablando de que el ciclismo necesita recuperar espectacularidad, por lo que ‘exigen’ la reducción de kilometraje y del número de corredores por equipo para lograrlo.
Sobre la primera norma, mucho me temo que quienes hablan de etapas más cortas no entienden la esencia del ciclismo. Y que independientemente de que, por ejemplo, se justifiquen las ‘kermesses’ y que en una carrera por etapas haya lugar también para etapas cortas y vibrantes, las distancias largas, el peso de los kilómetros, son los que marcan las diferencias. Y sin ir más lejos, un Mundial, con 260 km., es muy diferente a cualquier otra carrera mucho más corta.

En cuanto a la reducción de corredores por equipos, habría bastante que hablar, por lo que no entiendo que las declaraciones de Eusebio Unzue -que ya tienen bastantes meses de vigencia comodeclaró en Ciclo21, aunque refrescase ayer en Eurosport- hayan causado tanta oposición. Hay que partir de la premisa de que el ciclismo es un deporte de equipo. Porque si no, que se olviden de estructuras, que les den un dorsal y poco más a cada participante, volvamos al salvajismo de ‘Entreguerras’, y que cada uno se las apañe como pueda, alianzas pactadas y pagadas inclusive. El ciclismo es un deporte de equipo, pese a quien le pese, y lo mismo que fracasó esa absurdez de quitar los pinganillos -la comunicación más efectiva entre el director, de un equipo, no lo olvidemos nunca, y su corredor-, una reducción de efectivos por escuadra debe afrontarse con bastantes matizaciones.

Y es que hay muchos que piensan que el penoso ejemplo de los JJ.OO, con sólo cinco corredores por selección, debería aplicarse a otro tipo de carreras ciclistas. Craso error: una carrera como la olímpica -excepcional, pero justificada por motivos económicos, nunca por razones deportivas- no supone más combatividad o más espectáculo, sino más descontrol, que no es lo mismo ni lo que queremos conseguir. Ya habrá tiempo para analizar si la reducción de corredores por escuadra este año -ocho en las grandes vueltas, siete en otras competiciones- ha tenido incidencia en el espectáculo o en la seguridad. Pero pensar en menos ciclistas aún por escuadra es una absoluta irresponsabilidad, un desprecio sobre la esencia del ciclismo… salvo que haya medidas correctoras.

Imaginemos una formación de sólo siete ciclistas en un Tour de Francia, algo que algunos ya están maquinando, y que dos de ellos se lesionan, enferman o se caen en la primera semana. ¿Es justo que ese equipo de cinco se tenga que enfrentar a formaciones completas? Ojo, que no es lo mismo nueve contra siete, que siete contra cinco. Nuevamente habría que volver a los ‘apaños’, a esas alianzas que han sido tan habituales en nuestro deporte, que vemos como algo normal y no una perversión. Si consideramos -y no hay ningún motivo para pensar lo contrario- que el ciclismo es un deporte de equipo, la posibilidad de cambios es algo que se nos antoja como el siguiente paso lógico, lo mismo que sucede en futbol, baloncesto y cualquier otro deporte colectivo. Solo falta entender que al sentido común de la esencia de la norma se le aplique el mismo sentido común a la hora de regularla.

lunes, 21 de mayo de 2018

Las lesiones de los ciclistas como accidentes laborales

Cuando un ciclista profesional sufre una lesión, entrenando o en competición, nadie pensamos que se trata de un accidente laboral, exactamente igual que el que puede sufrir cualquier otro trabajador de cualquier sector productivo. Pero lo es: desde principios de 1992 -con la publicación del RD 1820/1991-, los ciclistas profesionales están incluidos en el Régimen General de la Seguridad Social, algo que afecta en España tanto a los integrantes de grupos deportivos UCI, profesionales continentales y finalmente a los que militan en equipos continentales, como asalariados, aunque no a los corredores que pertenecen a equipos extranjeros o que practican otras disciplinas ciclistas, como el BTT o la pista, que aunque sean igual de profesionales, tienen que afiliarse por el régimen de autónomos, en base al convenio especial para deportistas de alto nivel.
Por ese motivo, los ciclistas de los seis equipos profesionales españoles están afiliados a la Seguridad Social, y, aparte de las opciones de atención médica que les brinda la licencia deportiva, están atendidos, bien por los médicos del sistema sanitario de salud, en el caso de contingencias comunes, bien por los especialistas de la mutua, que se encarga de la asistencia en los accidentes laborales y las enfermedades profesionales. Cada equipo es libre de suscribir el acuerdo con la mutua que desee, como cualquier otro empleador del Estado español.
Valverde, en la silla en el hospital de Düsseldorf tras su caída
en el Tour de Francia 2017 / © Instagram Alejandro Valverde
“El ciclista profesional -y en este caso se incluyen también las corredoras del equipo femenino- es un trabajador normal, como cualquier otro”, explica Alfredo Zuñiga, médico del equipo Movistar y responsable de estos aspectos en el seno de la escuadra navarra. “Y como tal, es la mutua la que da la baja y el alta. La única diferencia es que son accidentes fuera del ámbito de la empresa, por lo que tenemos un médico de referencia con el que estamos en contacto para notificar los posibles accidentes y para llevar este proceso de altas y bajas que, como te decía, es competencia de la mutua”.
Pese a ello, “la colaboración es total. Nosotros les informamos de los distintos pasos que se dan, y ellos nos ofrecen los profesionales médicos con los que trabajan, aunque el corredor siempre tiene la opción de elegir un médico o una clínica de confianza, pero asumiendo el coste”. Lo normal es que el corredor no tenga que acudir a realizar ese seguimiento presencial que se tiene en otros ámbitos laborales, “pero no es tampoco extraño que en algunos casos quieran realizar alguna prueba de control, como una radiografía, o que quieran que el corredor acuda ante el médico”.
Zuñiga considera que “la confianza es total, ya que, en nuestro caso, la ratio de días de baja es mucho menor que el de la población normal. Por ejemplo, una fractura de clavícula tarda de dos a cuatro meses, mientras que para un ciclista estamos hablando de tres o cuatro semanas”. En este sentido, la rehabilitación es fundamental, “y va coordinada con los médicos del equipo, también en aspectos como las prescripciones, para no encontrarnos con problemas de que tengan que tomar algún medicamento que pueda dar positivo”. El médico de Movistar insiste en que es la mutua la única que tiene competencia para dar el alta y en el caso del ciclismo, hay un elemento fundamental: El ciclista no puede salir a la carretera hasta que no disponga de esta alta médica.
En el caso de una enfermedad común, lo normal es que sean los propios médicos del equipo los que la atiendan, sobre todo en los procesos más habituales, como puede ser un resfriado. No obstante, puede haber enfermedades que conlleven un proceso de curación más largo. En este caso, es el médico de familia el que tiene que extender los correspondientes partes de baja, de confirmación y de alta.
No olvidemos que, aparte de la asistencia sanitaria, la inclusión en el Régimen General de la Seguridad Social conlleva el pago de una prestación económica mientras que dura dicha situación de incapacidad laboral, cantidad que muchos equipos complementan con lo estipulado en el contrato deportivo, aunque en este caso cada escuadra es un mundo.
Los otros profesionales
Pero hay otros muchos ciclistas que viven de este deporte, pero no pueden estar incluidos en este régimen general, sino que deben darse de alta como trabajadores autónomos. Existe un convenio especial para los deportistas de alto nivel(Orden TAS/2865/2003), aunque como nos apunta el medallista olímpico Carlos Coloma, “en el momento en que recibes unos pagos por subvenciones o patrocinadores tienes que darte de alta en el IAE” (Impuesto de Actividades Económicas) y en el RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos).
Esta es la opción a la que se ven obligados también aquellos profesionales de carretera que militan en equipos extranjeros, que normalmente tienen un contrato por prestación de servicios, no laboral, o sometido a una legislación mucho más laxa que la española. Y aunque las situaciones son muy diversas, con mucha picaresca en algunos casos, no es infrecuente que dejen de pagar al corredor cuando está lesionado: en este caso el ciclista, como trabajador autónomo, percibe la correspondiente prestación establecida legalmente, asociada a la base decotización, que en muchos casos es la mínima, por lo que sus ingresos decaen ostensiblemente.
Un problema que se pretende resolver con el proyecto del Consejo Superior de Deportes de que el 1% del dinero obtenido por la Liga por la comercialización conjunta de derechos de televisión se destine al pago de las cotizaciones a la Seguridad Social de los deportistas de alto nivel, aunque el desarrollo normativo aún no se haya plasmado en el correspondiente Real Decreto y sean más los rumores que las noticias fiables vinculadas a este futuro desarrollo legal.
Pero volviendo a la atención médica en caso de lesión, el sistema es muy similar al de los ciclistas asalariados: la mutua asociada es la responsable de las bajas y de las altas -aunque en este caso la presencia del deportista es un factor imprescindible. Y no olvidemos esa vía de los servicios médicos de la licencia deportiva. “Cuando tuve la lesión de hombro, la primera operación fue por los médicos del seguro deportivo, pero como los resultados no fueron los esperados, recurrí por mi cuenta a uno de los mejores especialistas en este tipo de lesiones. Eso sí, toda la rehabilitación corrió a cargo de la mutua”, recuerda Coloma.

lunes, 14 de mayo de 2018

Copa de España (y IX): Los flecos del Macario


Aunque ya realicé ayer un análisis en Ciclo21 de lo que ha sido la Copa de España 2018, la vigésima edición del circuito nacional, hay algunos detalles que se quedaron en el tintero, tanto del Gran Premio Macario como del conjunto de la Copa, y sobre los que me gustaría escribir este último post de la serie, de esta competición que me apasiona. Y lo mismo que deseo felicitar a los brillantes ganadores de la misma, el murciano Antonio Soto, el vallisoletano Jesús Arozamena y los navarros de Lizarte, quisiera mostrar también mi reconocimiento a esa labor realizada en estos casi tres meses al Circuito Guadiana, a la Aiztondo Klasika, al Trofeo Guerrita, al memorial Valenciaga, a la Clásica de Torredonjimeno, al Memorial Momparler, a la Santikutz Klasika, a la Classica Tondo y, por supuesto, al Macario.

Centrado en ofrecer una perspectiva global, pasé muy -demasiado- por encima de la notable actuación del Caja Rural-Seguros RGA ayer en la prueba madrileña. Como me anunciaba en la salida, el cordobés Antonio Gómez quiso aprovechar que venía más descansado que todos los que habían corrido Bidasoa y lanzó su ataque en Torre, buscando el dos sin tres. Pero ayer era un día para los sprinters, y los ‘verdes’ lo bordaron sin dejar la más mínima opción a las escapadas para propiciar el doblete Cañellas-Viejo. El primero de ellos está llamando con fuerza a las puertas del profesionalismo… y esperemos que sin tener que renunciar a esos velódromos que le apasionan; el segundo, tras una excelente primera campaña como sub23, está recuperándose poco a poco de ese error de dar el saltar demasiado pronto al profesionalismo el año pasado: espero que sirva de ejemplo a otros ciclistas para que no se precipiten en sus decisiones.

Por cierto, más de una vez he manifestado que el sistema de puntuación de la Copa de España me parece equivocado, al dar puntos a los 50 mejores de cada carrera, y que la puntuación debería ceñirse a los que realmente la están disputando: habría que recuperar el antiguo sistema (puntos sólo a los 25 mejores, con 60 al ganador) o incluso menos. Y si en otras ediciones dicho baremo no habría supuesto ningún cambio, en esta ocasión nos hubiéramos encontrado con una importante sorpresa: y es que tras Soto, con 320 puntos, hubiera quedado Xavi Cañellas, con 290 y no Arozamena, que habría sumado menos, concretamente 269. Y tras ellos un Juanpe López que, sea cual sea el sistema, se quedaba fuera del podio tras acusar en el Macario su fatiga del Bidasoa… y quien sabe si ya conocía esa decisión -justísima y merecidísima- de dar el paso al Polartec-Kometa continental. Una vez más (y van….) pienso que éste cambio se impone, lo mismo que se aceptó mi sugerencia de eliminar las metas volantes y la montaña, dos clasificaciones incongruentes en una serie de pruebas de un día… y que nadie ha echado de menos.

Por lo demás la final de la Copa de España tuvo dos importantes ausencias y una agradable presencia. Por un lado, la de José Luis López Cerrón, el presidente de la RFEC, que no pudo acercarse a Alcalá de Henares por sus compromisos como miembro del Comité Directivo de la UCI, en este caso por su asistencia a la Copa del Mundo de BMX… sin que desgraciadamente acudiera a la ceremonia protocolaria ningún otro miembro de la Directiva de la RFEC para mostrar su apoyo a esta competición que, no lo olvidemos, es la segunda en importancia tras los Campeonatos de España, y sobre la que muchos piensan que falta un apoyo más decidido del máximo organismo ciclista.

Por otro, la de Manolo Moreno, el presidente de AEOPCES y ‘alma mater’ de la Copa de España, por un problema personal que le tiene demasiado ocupado, y que esperamos se resuelva satisfactoriamente. Y finalmente, la presencia de Juan José Gozalo, responsable de la empresa Ikolan Lanaldi, el patrocinador del maillot de la Copa de España -gracias a los desvelos precisamente de Moreno-, y que disfrutó en el podio imponiendo los distintivos a los nuevos campeones.

domingo, 6 de mayo de 2018

Copa de España (VIII): Nos acercamos al desenlace con estos protagonistas


Sin llegar a los 91 puntos con los que Antonio Angulo se presentó en Alcalá de Henares hace dos años, pero con una renta más amplia que los 29 que le permitieron a Gonzalo Serrano desbancar a Sergio Samitier el año pasado en el Gran Premio Macario, la Copa de España 2018 está bastante encauzada a favor de Antonio Jesús Soto (Lizarte), merced a los 46 puntos sobre Jesús Arozamena (Aldro Team), y los 103 de Juanpe López (Polartec-Kometa). Ningún otro corredor más puede ganar la presente edición… ¿pero cuales son las opciones reales de estos dos aspirantes de desbancar al líder?

Haciendo un rápido cálculo podríamos verlo: si ganase Arozamena, Soto perdería el triunfo final solamente si no entra en el ‘top ten’, lo cual no es descabellado, sobre el papel; en la práctica, en un recorrido como el de la clásica madrileña y con el apoyo de un equipo como el Lizarte, la virtualidad se torna en mucho más realista. Por cierto, si se impusiera López, el líder lo seguiría siendo ¡terminando simplemente entre los 36 mejores!


Tampoco parece que vaya haber sorpresas en la categoría sub23, en la que el vallisoletano del equipo de Manolo Saíz cuenta con 57 puntos sobre Juanpe, 81 sobre Xavi Cañellas (Caja Rural-Seguros RGA) y 104 sobre Savva Novikov (Lokosphinx), los únicos con opciones matemáticas de desbancarle. El balear podría sumar bastantes puntos -y ganar incluso un lugar en el podio final- si impone su punta de velocidad en la Plaza de Cervantes, pero ¿puede optar a algo más? El análisis teórico-práctivo que hemos aplicado en el párrafo anterior es perfectamente extrapolable.

Y por equipos, Lizarte también daba un paso de gigante este domingo en la III Clásica Xavi Tondo -rematando un fin de semana de ensueño con esas dos dobles victorias, en Valls y en Azpeitia-. Los de Juanjo Oroz deben hacer valer los 23 puntos de renta que llevan sobre el Caja Rural-Seguros RGA, es decir, terminar entre los seis primeros equipos en el Macario. Pero entre los verdes y los morados de Aldro Team sólo hay 13 puntos, por lo que podrían intercambiar sus puestos en un podio al que también aspira -aunque con opciones más matemáticas que reales- el Polartec-Kometa.

Por lo demás, volviendo con la Clásica Tondo, la penúltima cita de la Copa de España, decir que se vivió una carrera bonita, pero sin tener el protagonismo de ‘segundos espadas’ como sucedió el año pasado, y con un control del Lizarte que en esta ocasión no tuvo solamente la recompensa de reforzar el liderato.

martes, 1 de mayo de 2018

Copa de España (VII): Hoy hablamos de información


Aunque cada carrera ciclista es un mundo, y desde luego se pueden sacar muchísimas conclusiones buceando en los detalles, en gestos que pueden parecer nimios en comparación con el desenlace final, la ‘decana’ de las clásicas españolas, la LXXXV Santikutz Klasika, nos ofrece un balance que se puede resumir en pocas líneas y que no difiere en mucho de lo dicho en anteriores análisis de esta Copa de España.

1. Caja Rural-Seguros RGA está siendo el equipo que mejor resultado está sacando de las últimas pruebas. Sin presiones por la general, y leyendo muy bien las carreras, ha conseguido los tres últimos triunfos y dos de ellos con un Antonio Gómez que se está mostrando como un ‘valiente’ en cuanto la orografía de la carrera se lo permite.

2. Lizarte se muestra totalmente centrado en defender las posibilidades de un Antonio Soto al que le vale ser un pelín más rápido que su gran rival en meta para ir consolidándose en el liderato, aunque ello le lleve a renunciar a triunfos parciales que seguro que llegarían con varios de los integrantes de su completo plantel. Salvo descalabro táctico o inoportuna avería, el murciano debe suceder a Gonzalo Serrano

3. Aldro Team sigue porfiando por esa victoria que se le resiste y viendo cómo, sin tener un mal resultado en Legazpi, la Copa de España se le escapa. Me refiero a la general absoluta, por esa mayor rapidez de Soto sobre Jesús Arozamena, y porque Cristian Mota hoy se ha victo afectado por la mala suerte, con lo que los cántabros pierden esa segunda baza que les habría permitido atacar al liderato desde dos flancos. Por el contrario, cada vez tienen más firme el maillot rojo sub23 en las espaldas del vallisoletano.

4. Polartec ha situado, a la chita callando, a Juanpe López en el podio virtual de la Copa de España, aunque demasiado lejos del liderato. No obstante, el sevillano es más corredor de triunfos parciales y seguro que le veremos de nuevo en protagonista en las dos pruebas que restan.

Por ello, hoy prefiero hablar de la notable labor de comunicación que están llevando a cabo los organizadores. Desde Guadiana hasta hoy -eso sí, con contadas excepciones y muchas veces justificable por la orografía que anulaba la cobertura telefónica y con ello el correcto envío de mensajes- Twitter ha sido la herramienta perfecta para seguir las distintas pruebas. Incluso hoy se ha producido el curioso caso del bloqueo temporal de la cuenta de la Santikutz Klasika “por una actividad inusual”, es decir, por ofrecernos información puntual, frecuente y detallada. Y sin necesidad de dibujitos, jeroglíficos, falsos superlativos y todas esas tonterías que se han puesto de moda y que no aportan nada, informativamente hablando: texto, fotos, vídeos y enlaces. Y punto.

Si a ello le unimos la excelente labor de entusiastas centrados en el campo amateur, como El Pelotón o Ciclismo Aficionado, del apoyo que prestan a la Copa de España los portales de ciclismo, y de los notables equipos de prensa que tienen conjuntos como los cuatro ya mencionados pero también otros como Baqué, Kuota-Paulino o  Escribano Sports Team -y que en algunos casos ponen en ridículo a equipos incluso del pelotón profesional-, podemos felicitarnos por el éxito comunicativo de esta Copa de España… aunque no le vendría mal un empujoncito más para consolidar ese bien ganado prestigio de veinte años.