martes, 11 de diciembre de 2018

Finaliza una triste Copa de España de ciclocross

Foto: RFEC

De forma repentina, casi inesperada por la forma, y sin ningún tipo de explicación complementaria, nos hemos enterado esta mañana de que la Copa de España de ciclocross había terminado, con el triunfo de Felipe Orts y Aida Nuño. No era necesario hacer muchas cábalas una vez que se oficializaba la suspensión de la carrera de Valencia y la escasa –por no decir nula- capacidad de maniobra para elegir una cita alternativa. Por lo tanto, se consolidaban como resultados finales los sumados en las únicas tres pruebas disputadas.
Sin duda, lo mejor de esta edición, la decimotercera, ha sido ver cómo ganadores a los dos mejores especialistas nacionales, que este año han dado un pasito más en sus carreras al quedar ambos en el ‘top ten’ de la Copa del Mundo. Para el alicantino es el tercer triunfo, para la asturiana, el quinto.
Y es que lo demás de la Copa de España poco positivo tiene que contar. El tan cacareado auge de esta disciplina se sustenta en una cada vez mayor presencia de masters –este año con féminas también-, y en ese nivel de los dos estandartes con alguna (pocas) individualidades más y con esos prometedores jóvenes en categorías inferiores que desaparecen en cuanto llegan a juniors o sub23.
Ya comentaba en la presentación de la Copa de España que cuatro es un número claramente insuficiente –de las tres que han quedado ya no digo nada-, mal distribuidas en el tiempo, además, con escasa implantación territorial al haber desaparecido de este calendario citas clásicas en regiones como Galicia, Asturias, Cantabria, Madrid o Cataluña… y ahora la Comunidad Valenciana. Carreras, haylas, pero por algún motivo no quieren estar en el circuito nacional. Preocupante.
A nivel de repercusión, la Copa de España ha dado un alarmante paso atrás. Loterías desapareció en esta edición, evidenciando que dicho organismo no estaba realmente interesado en el ciclocross: el cambio en su organigrama fue la excusa perfecta para el abandono. Peor aún es que no se encontrase un espónsor alternativo. Para mí, las razones son obvias, pero es algo que, si no les preocupa a los que les debería incumbir, a mi…
Esta desaparición condujo, en cascada, a la ausencia de retransmisiones en directo de La Liga.tv, aunque la buena voluntad de Sportpublic o de Senderos Rojos palió la ausencia televisiva.
Todo ello se lo llevará el viento y cuando el próximo otoño, por enésima vez oigamos la misma letanía de siempre, del auge del ciclocross, sólo podremos pensar: ¡Virgencita, que me quede como estoy!

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