Para todos aquellos que piensan que el tren solamente pasa por delante de nosotros una vez en la vida, para todos aquellos que no se atreven a iniciar algo nuevo porque dicen que son muy mayores, para todos aquellos a los que el conformismo ha anulado su ilusión, quiero dedicarles la victoria conseguida por Steve Peat en el Campeonato del Mundo de Descenso en Canberra. Si ayer el madrugón resultaba amargo por ese cuarto puesto de José Antonio Hermida, hoy ha merecido la pena, por ver a ‘Sheffield Steel’ ganar el oro, el único título que le falta en su increíble palmarés, ¡a los 35 años!, con dos hijos.
Y es que la vida no es cuestión de edad, sino de ilusión. Dicen que es la experiencia la que suple con creces la posible merma en las condiciones físicas. Puede ser. Pero lo fundamental es el sacrificio, la dedicación, la mentalización. Y para ello hay que tener ganas, muchas ganas.
No conozco personalmente a ‘Peaty’, aunque hayamos coincidido en bastantes escenarios. Pero le admiro, a pesar de algunos detalles poco edificantes de su vida como cuando fue detenido tras una Copa del Mundo en Vigo por actos vandálicos, en una presumible borrachera de éxito y cerveza. Pero creo que en su vida y en su carrera atesora grandes momentos que cubren con creces esos deslices. Deportivamente ha ganado todo, destacando sus tres victorias en la Copa del Mundo –y aún puede conseguir la cuarta este mismo año-, y habiendo establecido este mismo año un récord increíble, con 17 triunfos en distintas mangas de esta competición.
Hoy volvió a salir como si fuera un veinteañero. En su mente no estaban los cuatro títulos que se le escaparon por sólo un peldaño, esos subcampeonatos de 2000, 2001, 2002 y, sobre todo, 2008, cuando fue superado ampliamente por su joven compatriota Gee Atherton. Seguro que esa derrota generacional fue un acicate para esforzarse aún más por lograr el ‘arco iris’.
Y tampoco estaría en su cabeza mientras rodaba montaña abajo en Stromlo Forest Park la amarga experiencia de Les Gets, en 2004, cuando después de marcar los mejores parciales –justo como estaba haciendo hoy-, un exceso de fogosidad en el tramo final le llevó al suelo. Hoy, su ilusión, le ha llevado el cielo.
Steve, va por ti.
Foto tomada del Twitter del nuevo campeón del mundo.
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