Javier Guillen, director general de la Vuelta a España, oficializaba hoy en As lo que ya era un secreto a voces, que el maillot del guepardo diseñado por Custo y presentado a mediados de enero no será el que lleve el líder de la ronda española el próximo mes de agosto. "Hemos hablado con Custo y está de acuerdo en las variantes que queremos introducir. En el maillot habrá menos color negro y el tono del rojo será más intenso. Ya sabemos que su presentación creó polémica, pero no me molestó; al revés, me gustó ese debate entre modernidad y tradición”.
Por ahí se cuentan muchas historias sobre el ‘horror’ que causó el impactante diseño del modisto catalán cuando lo presentó a los responsables de Unipublic. Pero como no puedo certificar ninguna, me remito a las opiniones de algunos ciclistas recogidas en Paperblog, entre las que me quedo, por sincera y directa, con la de José Herrada: “Sinceramente, no me gusta nada. Parece un maillot comprado en el todo a cien”.
Y es que el ciclismo siempre se ha movido –y muchas veces de forma convulsa- entre la tradición y la modernidad, como se refería Guillen, aunque lo clásico siempre ha primado sobre lo nuevo. Los maillots es uno de los aspectos que mejor se refleja este inmovilismo, ya que hasta los años ochenta o noventa, los diseños eran muy simples y tan solo el color aparecía como elemento diferenciador.
La Vie Claire fue el primer equipo que revolucionó este aspecto –y otros muchos más del deporte ciclista-. El conjunto de los Bernard, Tapie e Hinault, tanto monta, monta tanto, apostó por un diseño basado en los cuadros de Piet Mondrian, con fabricación exclusiva por parte de Benetton. Curiosamente, si observamos ahora aquella equipación nos parece absolutamente clásica.
Pero si hay que elegir a alguien como ejemplo de la innovación, ese no es otro que Mario Cipollini. El ‘Rey León’ merece estar en esta historia tanto por la original ‘maglia’ cebruna del Acqua Sapone como, sobre todo, por los modelitos que exhibió en el Giro, como el de la imagen que reproduce el interior del cuerpo humano. Maillots que le costaron cuantiosas multas pero que elevaron su prestigio en estos aspectos de la imagen hasta límites inalcanzados por cualquier otro corredor.
Desde entonces, diseño y ciclismo han ido de la mano, procurando siempre dar un paso más, creando un elemento diferenciador, aunque lo importante por encima de todo es que el maillot no solo sea único, sino que además se distinga perfectamente en el seno de lo que se ha llamado ‘serpiente multicolor’. Y eso no es nada fácil.
Curiosamente, el último paso en esta historia es la vuelta a la tradición, el ‘retro’, por el que han apostado este año equipos como Quick Step o Sky. Incluso el Massi de BTT, en una disciplina que tiene fama de ser más avanzada que el ciclismo de carretera. Una vuelta a los orígenes del maillot, una palabra que viene de un apellido y que curiosamente significa prenda elástica ajustada al cuerpo –como puede ser una malla de gimnasia o un bañador femenino-, aunque se ha convertido en sinónimo de jersey ciclista.
PD: Para todos aquellos que les interese, en esta página se pueden encontrar numerosos diseños, sin olvidarnos en España del Museo del maillot de mi amigo Miguel Rodríguez Ufano.
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