Cada vez que recalo en Béjar, me acuerdo del inolvidable
Javier Gallardo, el árbitro vallisoletano, compañero de carreras, correrías y
aventuras muchos años en la Vuelta a Castilla y León… y en las rondas de vinos
después de las etapas en las distintas poblaciones de la región en la que
teníamos la suerte de recalar.
Y fue precisamente en esta localidad salmantina en uno de
los lugares donde más nos reímos todos los que tuvimos la suerte de compartir
con él la historia del ‘Hombre de musgo’, sobre todo por cómo la contaba y cómo
gesticulaba haciendo ademán de ir trepando por las murallas de Béjar como los
héroes de aquella narración.
Cuenta la leyenda que los cristianos medievales cubrieron
un buen día sus ropajes con el musgo tan frecuente en aquellas latitudes para
invadir la fortaleza musulmana. Algunos –como nos relató el amigo Gallardo- cuentan
que treparon las murallas amparados en su camuflaje; otros, que se colaron por
las puertas asustando a los pobladores con tal guisa de demonios. Sin embargo,
recientemente una investigación plasmada en el libro ‘Los Hombres de Musgo y su
parentela salvaje. El mito silenciado’ desvincula este atuendo con cualquier
batalla entre moros y cristianos, y lo liga a un simple disfraz cortesano que
se popularizó en el Medievo. Sea como fuere, el indudable mérito de la leyenda
es haber llegado hasta nuestros días en forma de procesión, el Día de Corpus
Christi, con decenas de bejaranos desfilando con esa musgosa indumentaria, a
diferencia de otros mitos de nuestra Historia, o de otras historias muy
similares en otras latitudes, perdidos irremediablemente en la Noche de los
Tiempos.
Mucho antes de ese desfile, tendremos otro, mañana domingo, con otros héroes que terminarán envueltos no de musgo, sino de polvo o barro y de sudor, que rodarán en sus monturas de dos ruedas para conquistar la gloria, en el estreno del Open de España de mountain bike en los aledaños de Béjar. ¡Solo faltaría Gallardo allí arbitrando!
Ayer estuve echando una parrafada con Javier Gallardo recordando estas historias. La pena es que con sólo 70 años no pueda seguir ya arbitrando. Y es que si se ha ampliando la edad de jubilación, no estaría mal reconsiderar otros límites, como éste.
ResponderEliminarDesde luego que hay arbitros que aun habiendo cumplido los 70 se encuentran en perfecto estado físico y mental como para seguir arbitrando, caso de Javier Gallardo y alguno más, no todos pueden decir lo mismo, máxime si tenemos en cuenta que si eres internacional la UCI te puede designar carreras aun habiendo cumplido los 70, en España seguimos siendo "más papistas que el Papa".
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