Me sabe mal tener que dejar La Alberca sin haber podido
seguir la carrera élite, una categoría en la que militan un buen número de
corredores que se merecerían continuar estando en el campo profesional. Ayer lo
pudimos ver en la contrarreloj de Béjar en la que un enorme Eloy Teruel no
desmereció nada a los mejores rodadores de este país. De hecho acabó en tercera
posición ‘scratch’ lo que habla a las claras de la valía del contrarrelojista
murciano.
Y es que esa ‘clase media’ del ciclismo español se está perdiendo
tanto por la crisis económica por esa UCIWorldTourdependencia. Algunos –como
Alejandro Marque, tercero en la crono- pueden encontrar acomodo en Portugal,
esperando un regreso incierto, improbable, aunque a veces esa oportunidad, esa
segunda oportunidad, es tan merecida como necesaria.
Insisto, me hubiera gustado seguir ‘in situ’ la prueba de
fondo de los élites, pero otras obligaciones laborales –en forma de
presentación de la vestimenta olímpica- me reclaman esta tarde en Salamanca.
Volviendo a la crono de ayer en Béjar, una vez más Luis
León demostró ser el mejor contrarrelojista del país. Ya lleva cuatro títulos
–como Iván Gutiérrez- y tiene en las piernas alguno más. Y aunque su hermano
Pedro estuvo también en la prueba, esta vez el ciclista fue mucho más conocido
y reconocido que el futbolista. De todas formas ‘Luisle’ no se debe confiar ya
que detrás de él hay un Jonathan Castroviejo al que habría que ver en su mejor
pico de forma y sin salir de una enfermedad, como le sucedía en estos Nacionales.
Una vez más, lamentarnos de algunas ausencias. Hay
chavales que –aunque estén lejos de su cenit del año y solo sea pensando en el
futuro- deberían tener la inquietud de probarse en un test tan selectivo como
éste.
Por la tarde, los protagonistas fueron los sub23,
corredores que están llamando –a veces con verdadera fuerza e insistencia- a
las puertas del campo profesional, aunque quedan lejos aquellos tiempos en que
tenían el pase asegurado con unas mínimas prestaciones.
Mentiría si dijera que no me alegré con la victoria de
Ramón Domene, un corredor que conozco desde que era cadete, con notables éxitos
en ciclocross como en pista, pero centrado en estos últimos años en la
carretera en ese sueño que desde ayer tiene más cerca. Como ciclista es de
estos corredores que en cuanto le ves sabes que tiene ese concepto tan difícil
de describir como la clase, aunque le ha faltado ‘domarla’. Gracias al gran
trabajo de Xabier Artetxe, y a que por fin le han respetado las lesiones, ayer
le tuvimos en lo más alto del podio de Béjar, donde la presencia de público a
la hora que terminaba la carrera –las ocho de la tarde- fue notable, lo que nos
debe hacer preguntarnos por qué insistir en los horarios de sobremesa si
posiblemente haya mejores franjas para ver este deporte.
Pero hubo otros muchos protagonistas más ayer en las
carreteras salmantinas. Me gustaría mencionarlos a todos, pero no quiero realizar agravios comparativos.
Simplemente deciros que gracias y que sigáis así porque el futuro del ciclismo
está en nuestras manos.
Y terminó con la prueba matinal en la que Anna Sanchis
remató su periplo salmantino con este doblete demostrando que la mejor
corredora del ciclismo español está recuperada tras un par de temporadas
aciagas. Es para alegrarse. Lo mismo que de la combatividad mostrada por Anna
Ramírez –aunque reconozca que no tiene ya ilusión por competir- y la
prometedora ‘reentrée’ de Ane Santesteban, como mejor sub23.
Fotos: Josu Mondelo / www.rfec.com
Fotos: Josu Mondelo / www.rfec.com
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