Anoche, después de leer el notable artículo de Joan
Seguidor, alias Iván Vega, tanto monta, monta tanto, ‘Ciclismo nocturno ¿por qué no en los Juegos Olímpicos?’, cambié mi primera impresión de
hacerle algún breve comentario, a redactar algo más extenso, habida cuenta de
todo lo que estaba fluyendo por mi mente acerca de esa nocturnidad del
ciclismo.
De entrada, discrepo (y
profundamente) en que los Juegos Olímpicos pueden ser un cauce adecuado para
este tipo de innovaciones. El máximo evento deportivo mundial está por encima
de todo y, como Saturno, no le importa comerse a sus propios hijos -léase
deportes- imponiendo unas normas radicalmente distintas a las que se viven en
el resto de la Olimpiada –entiéndase la definición original de periodo de
cuatro años entre dos Juegos- con el fin de atajar ese sobredimensionamiento
que tanto les asusta pero que existe y seguirá existiendo ‘per se’.
Eso no quiere decir que
ciclismo y nocturnidad sean excluyentes, más bien todo lo contrario. Y hay
numerosos ejemplos en todas las disciplinas ciclistas que augurarían un buen
matrimonio entre ambos, ganándose en verdadera innovación para renovar nuestro
deporte, sin caer en ese “palabro que llena bocas, siembra discursos y aliena
políticos”, como escribía el bueno de Iván.
La pista es la más
trasnochadora de todas las disciplinas. De hecho, lo que los españoles llamamos
sesión de tarde, esa que empieza sobre las siete, no es sino un ‘after dinner’,
que se puede prolongar hasta bien entrada la madrugada, en el caso de los Seis
Días en Centroeuropa, aunque en Mundiales se termina antes por aquello de los
medios informativos. Todo ello lo entendí bien en el Mundial de Ballerup, en
2002, por las ‘peleas’ que teníamos en el hotel cuando pretendían que cenáramos
sobre las seis de la tarde, antes de ir a la pista, ya que eso de hacerlo a las
once, tras la sesión, les resultaba incomprensible.
El BMX también se adapta
perfectamente a estos horarios nocturnos, especialmente en los Supercross tan
en boga, independientemente de que se disputen en su modalidad indoor como outdoor,
ya que es una superficie fácil de iluminar: de hecho el Supercross celebrado en
el Parque de las Naciones en Madrid hace unos años fue un perfecto ejemplo de
esta adaptación.
Por el contrario, el
carácter abierto del ciclocross nos parecería un handicap para estas pruebas
nocturnas… si no fuera por los numerosos ejemplos de pruebas que tenemos tanto
en Europa (Woerden, Diegem…) como incluso en Estados Unidos. Combinar un buen
alumbrado y un poco de misteriosa oscuridad parece ser el secreto.
Más complicado resulta, a
priori, el BTT. Iluminar un recorrido de seis o siete kilómetros de una prueba
de cross country parece una locura… aunque en pruebas populares del tipo 24
horas –como las 24DOCE que cerraron el I Open de Resistencia- la ausencia de
alumbrado no fue, en ningún momento, un obstáculo para los participantes. El four
cross, por el contrario, sí se adapta como nada a esas horas del ocaso y la
prueba es la programación de esta prueba en muchos Campeonatos del Mundo. Y de
ello pueden dar fe Pablo Galán en Lugano o Rafa Alvarez de Lara en Livigno.
Por cierto, en esta cita
italiana se puso como novedad que las pruebas de trial se disputarán ya por la
tarde, acabada la competición de montain bike, en la localidad de Biella, con
un notable éxito de público. Y de última hora de la tarde a primera de la
noche, apenas hay un paso.
Queda tan solo la
carretera, la disciplina menos renovadora –salvo en la mundialización UCIficada
de las carreras y la anglosajonización de las estructuras-, incluso
involucionista como se demuestra en el día a día. Sin embargo, en el prologo
contrarreloj de la Vuelta a España 2010 en Sevilla se dio un importante paso…
que no ha tenido desgraciadamente continuidad. Siempre he creído que el
ciclismo en horario de tarde, en vez de sobremesa, sería un rotundo éxito, y
que incluso estas excepciones nocturnas –evidentemente de pruebas urbanas y no
finales en alta montaña- lo corroboran, tanto para el público que se da cita en
las aceras como el que lo ve desde televisión.
¿Problemas? El tradicional ‘cierre’ de los periódicos ha pasado a ser un obstáculo menor, incluso inexistante para las publicaciones en Internet, y la cuestión que más asusta, el masaje y descanso de los corredores, no debe entenderse como una reducción de su reposo, sino un simple cambio de horarios: acostarse más tarde, pero retrasar también la hora de levantarse al día siguiente.
En fin, como propone Iván
Vega, alias Joan
Seguidor, “un ciclismo nocturno, dosificado y en justificadas
ocasiones no sería tan mala idea”. Más bien todo lo contrario.
Gracias por tu mención Luis
ResponderEliminarSólo na puntualización a tu discrepancia conmigo. Creo que como siempre hay torneos preolímpicos donde se testan las instalaciones, equipos y demás. Por qué no se pudo hacer una carrera semi nocturna en Londres hace un año por estas fechas para que los JJOO no fuera un experimento.
Recuerdas la salida del Tour de 2007. Aquello fue una fiesta. Imagínate Londres en pleno latido olímpico con una carrera ciclista por sus calles.
Hay una experiencia en ciernes que puede resultar interesante y rompedora, los organizadores del Tour de Noruega planean disputar etapas en horario nocturno, al ser en junio lo harían aprovechando el "sol de medianoche", con lo que tendrían cobertura televisiva en horario nocturno sin el problema de la falta de luz. Noruega cuenta con paisajes al nivel de la Vuelta a Suiza, si no más espectaculares.
ResponderEliminar7Eleven
Gracias por tu aportación. No lo sabía y me parece una notable iniciativa. Ya nos contarás.
EliminarDejo algunos enlaces en relación al proyecto de Tour de Noruega. No sería en junio como he dicho por error sino en agosto, se correría en la zona norte del país y la logística de alojamiento sería con un barco de crucero. ASO tiene interés en el proyecto.
ResponderEliminarhttp://blogs.bettor.com/Tour-de-France-organisers-in-favour-of-Arctic-Tour-of-Norway-a117226
http://www.cyclingnews.com/news/arctic-tour-of-norway-planned-for-2013
7Eleven