Sebastian Coe, presidente del Comité Organizador de
los Juegos Olímpicos, declaraba ayer que el uso de Twitter "puede llegar a
mermar las opciones de medalla" de los deportistas que competirán en
Londres.
El doble campeón del mundo añadía que "si un atleta busca defender su título de campeón olímpico, no tendría que pensar en leer su cuenta de Twitter" ya que, en ese momento, "solo" debería estar centrado en una medalla en los Juegos.
Puedo coincidir con Coe en la necesidad de una máxima concentración antes de un gran objetivo, como pueden ser los Juegos, pero bajo ningún concepto en esa demonización de Twitter como culpable de un posible fracaso. "Personalmente, creo que existe una correlación entre el número de tuits enviados durante el periodo de competición y el bajo rendimiento de un atleta", comentaba tan a gusto el ex atleta británico.
Y es que
tomando en cuenta estas consideraciones, se deberían limitar no sólo las redes
sociales, sino cualquier aparición en medios de prensa convencionales que
tendrían las mismas posibilidades de descentrar al deportista. Pero eso nadie
se lo plantea porque los JJ.OO son, por encima de todo, un espectáculo
televisivo, de medios, en general.
La filosofía anti-Twitter, que
no deja de ser una recomendación en el caso de Coe, tiene sus propios
imitadores talibanes, como el CONI, que ha impuesto un ‘silenzio olímpico’ bajo
multa de 100.000 euros a los que infrinjan esta decisión.
Afortunadamente medidas similares en similares circunstancias, como la selección
española en la Eurocopa, no cuajaron.
Una vez más, tengo
que salir en defensa de una de las mejores herramientas comunicativas –y aún
desaprovechada- por su inmediatez y por su cercanía y lamentarme de que muchas
organizaciones sigan sin comprender las ventajas de Twitter, combinando cuentas
oficiales con aportaciones particulares, incluyendo a los propios deportistas.
Eso, por no hablar
de los extraños bloqueos que han sufrido algunas cuentas que daban información
de mayor calidad de determinados eventos que las oficiales. De este tema ya
hablaremos más detenidamente, pero en cualquier caso, eso de poner puertas al
campo es tan caro –y no sólo en términos económicos- como absurdo.
Imagen
tomada de http://www.subinet.es
Muy buena apreciación
ResponderEliminarYa me estais mosqueando con lo del bloqueo de cuentas. Contar algo más, por favor
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