‘El Correo’ de ayer publicaba una entrevista con Álex de la Huerta, un aficionado al ciclismo de Basauri, de 25 años, que se dedica a
montar en bici de una original manera, marcha atrás. Lógicamente se podrían
hacer muchas ironías sobre esta curiosa afición, aunque en esta ocasión
prefiero dejarlo en un titular ambiguo que invite al conocimiento de este
ciclista.
Orduña y Urkiola, dos de los
puertos míticos de Euskadi, han sido escenarios de sus ‘retro-escaladas’,
aparte de exhibiciones de resistencia y otras menos convencionales como bajar
escaleras, según cuenta, intentando convencer que no es ninguna locura su
afición. Eso sí, aún no ha conseguido hacerlo sobre caminos de tierra al no
haber encontrado aún una bicicleta apta para ello.
En todo caso, no es el único
con esta extraña afición, ya que en Internet podemos encontrar algunos vídeos
–como éste de César Agulles- o noticias sobre esta práctica, por lo que supongo
que De la Huerta no tendrá excesivos problemas para encontrar personas que
compartan su afición “para así hacer alguna competición o exhibición”.
Pero en lo que no puedo estar de acuerdo es en que denomine a esta práctica ‘modalidad’. Si aplicamos la definición del RAE –“modo de ser o de manifestarse algo”- todavía; pero si se quiere entender como sinónimo de disciplina deportiva, pienso que el ciclismo tiene formas más interesantes –algunas desconocidas- y sobre todo útiles, de manifestarse y practicarse, aunque en ningún caso quiero que se entienda esto como una crítica a las aficiones de este basauritarra.
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