Si el
Campeonato de España de ciclismo adaptado del año pasado en Los Alcázares me
dio la oportunidad de conocer el fascinante mundo de las ‘handbikes’, el de
este año en Aguilas me ha servido para profundizar (*) en esta apasionante
disciplina, la única que se ‘manolea’ –en vez de pedalea, valga el juego de palabras-. Pero sobre todo en
las historias de superación de sus protagonistas ‘los handbikers’.
Quizás
la más conocida sea la de Diego Ballesteros, un hombre que me cautivó día a día
siguiendo en su blog su periplo para unir la Expo de Zaragoza y los Juegos de
Pekín, en 2008. De su fatal accidente y de su historia de superación, plasmada
en esa nueva aventura de unir Madrid y Londres en 2012, ahora con una ‘handbike’,
ya escribí en este blog, pero no había tenido la suerte de conocerle
personalmente.
Por
ello, cuando me enteré que, por primera vez, iba a estar en la línea de salida
de unos Nacionales, me cogí su '12.822 kilómetros. De Zaragoza a Pekín en bicicleta' para que me lo
dedicara, para hablar un buen rato sobre su presente y su futuro. “Soy más de
fondo, por lo que aquí no lo tengo fácil”, pese a quedar cuarto tanto en línea
como en contrarreloj en su clase, la H2. “Espero ir mejorando año tras año y a
ver si puedo luchar por estar en los Juegos”.
Ese es
también el sueño de Vicente Yangüez, un nombre que puede ser absolutamente desconocido
en el mundillo ciclista, aunque no en el taurino y más si le añadimos el
sobrenombre que le hizo famoso, ‘El Chano’. Y es que nos estamos refiriendo a
uno de los más destacados banderilleros del escalafón, miembro de las
cuadrillas de El Cordobés o Miguel Abellán, que el pasado 14 de julio sufría
una cogida terrible en Ávila que se saldaba con la rotura de la vértebra L-1,
aplastándole la médula espinal y que le provocaba una parálisis del tren
inferior.
Salió
del Hospital de Toledo en febrero, pero el 14 de abril ya corría una media
maratón en Valdemoro, muy cerca de su casa, y a principios de mayo se estrenaba
en una ‘handbike’ en la Paracycling Bira. “Incluso cuando estaba en el hospital
y sabía que no iba a volver a andar, ya tenía ganas de poder competir. Siempre
he hecho maratones y no me iba a quedar en una silla de ruedas sin moverme.
Esta gente tiene mucho mérito”, dice sin darse cuenta de que él tiene ya el mismo mérito, aunque su experiencia sea menor. Águilas fue su segunda cita y no
lo hizo nada mal, acabando también cuarto en las dos pruebas del Campeonato de
España, en H3. “La tensión que vivimos en la competición es muy parecida a la
que teníamos en la plaza”, apostilla ‘El Chano’, que incluso sobre su handbike
tiene ese porte que sólo tienen los toreros.
Hay
muchas otras historias que pueden ser conocidas en la red. Como la de Gustavo Molina, ciclista aficionado, piloto de tandem… y ahora ‘handbiker’ que
sorprendió el año pasado pero que éste tuvo que resignarse a un papel
secundario por unos inoportunos calambres; o Luis Miguel Giner, antiguo nadador
y cuyas limitaciones físicas se traducen en competir en la clase más
complicada, la H1. Y sin olvidarnos del ejemplo del ya retirado José Vicente Arzo, que perdió ambas piernas en un incendio, y que tras pasar por natación y
atletismo llegaba a obtener la plata en los Juegos de Pekín sobre una bicicleta
de mano.
(*) Gracias una vez más al conocimiento, la experiencia y sobre todo la ilusión del seleccionador nacional, Félix García Casas.
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