Aunque ya está cerrada la primera fase de la temporada de
pista, aquella destinada a ‘recolectar’ puntos para poder participar en la
segunda fase, la Copa del Mundo propiamente dicha, la UCI todavía no tiene
cerrado el calendario de esta competición, que empieza en apenas dos meses.
Hace ya años que aquello de las cuatro mangas pasó a la
historia y ya se ha oficializado y reglamentado que van a ser tres. Para esta
primera temporada de la ‘nueva etapa’ pronto se conocieron dos de esas sedes:
Manchester –la única clásica tras el progresivo adiós de otras como Los
Angeles, Sydney, Melbourne, Moscú o Copenhague-, en noviembre, y Aguascalientes
(México) –un velódromo con aspiraciones mundialistas y que por ello debe
insistir-, en diciembre.
Pero faltaba una tercera, que se está haciendo de rogar,
ya que ninguno de los escenarios tradicionales o de los que se han asomado
tímidamente en los calendarios internacionales –Astana, Pruszkow, Minsk…- ha
aceptado acoger esa última cita, a mediados de enero. Por aquello de la
obligatoriedad de que los países que quieran ir al Mundial debieran tener una
prueba internacional, se rumorearon algunos países como Japón, Hong Kong o Corea
del Sur
Parece que no van por ahí tampoco los tiros: hoy por hoy,
la única iniciativa viable parece ser la de una segunda prueba en México, esta
vez en Guadalajara, que incluso podría retrasar sus fechas a febrero para
‘enganchar’ con el Mundial en Cali, también en el Nuevo Continente, a finales
de dicho mes.
Todo sea por el bien del ciclismo, pero cuando una disciplina tan mundializada como la pista tiene que programar tres de sus cuatro principales eventos de la temporada en un solo continente, con dos de ellas en un solo país –y no precisamente de los punteros-, es el momento de preguntarse que es lo que está sucediendo para que ni los países tradicionales en esta disciplina de la Vieja Europa –salvo Gran Bretaña-, o de otras zonas geográficas principalmente anglosajonas, o incluso de esos nuevos escenarios a los que antes aludía, hayan dado de lado a lo más selecto del calendario mundial.
PD: Desde 2006 ninguna sede de un Mundial, salvo Manchester, ha repetido después como Copa del Mundo
Todo sea por el bien del ciclismo, pero cuando una disciplina tan mundializada como la pista tiene que programar tres de sus cuatro principales eventos de la temporada en un solo continente, con dos de ellas en un solo país –y no precisamente de los punteros-, es el momento de preguntarse que es lo que está sucediendo para que ni los países tradicionales en esta disciplina de la Vieja Europa –salvo Gran Bretaña-, o de otras zonas geográficas principalmente anglosajonas, o incluso de esos nuevos escenarios a los que antes aludía, hayan dado de lado a lo más selecto del calendario mundial.
PD: Desde 2006 ninguna sede de un Mundial, salvo Manchester, ha repetido después como Copa del Mundo
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