Inicialmente fue un relato independiente;
posteriormente, en 1989, formó parte –como el tercero de los nueve capítulos
del libro- de ‘Mi vida al aire libre (Memorias deportivas de un
hombre sedentario), en el que el autor recordaba los diferentes
deportes que había practicado en su vida.
Reapareció como publicación independiente
poco tiempo después… para perderse definitivamente, junto a la desaparecida
editorial Miñón, en el limbo de los libros descatalogados. Hasta que hace unas
semanas la editorial Ken rescataba del olvido ‘Mi querida bicicleta’, la obra
de Miguel Delibes dedicada a una de las grandes pasiones de su vida, en una
nueva edición magníficamente ilustrada por Marijose Recalde y que, por apenas
12 euros, no debe faltar en nuestras bibliotecas.
El autor vallisoletano cuenta en este
libro sus experiencias ciclistas, comenzando por los días de la iniciación, en
los que aprendió a montar con entusiasmo y facilidad, pero con la duda de cómo
se detendría… que resolvieron unos matorrales de su patio; el uso como medio de transporte algunos años después para
mantener el contacto con la que luego sería su esposa, Ángeles de Castro, en la
época de su noviazgo, ya que “dos seres enamorados, separados y sin dinero lo
tenían en realidad muy difícil en 1941”, o también para trasladarse para
desarrollar otra de sus grandes pasiones, la caza. Y, desde luego, cómo
trasladó su pasión a sus hijos y nietos, expresado en la victoria de su hijo
Juan en una carrera popular.
Una gran iniciativa
de esta editorial navarra, convertida ya en costumbre de ‘rescatar’ cada año
una pequeña historia perdida de un gran autor.
Haber tenido al posiblemente mejor escritor español del siglo XX como un entusiasta del ciclismo y de la bicicleta es algo que no debemos olvidar jamás. Gracias
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