Con una temperatura excelente –aunque no está nada claro
que al final no nos terminemos mojando el domingo- ya estamos en Gijón para
vivir unos Campeonatos de España que se han preparado con todo cuidado y que
ojalá se vean correspondidos por el éxito deportivo y la máxima difusión, algo
que ya está en el buen camino con el regalo navideño de la presencia de Hermida
y ‘Samu’. Un Nacional que será el momento culminante de la temporada y que,
salvo un puñado de casos, será el punto y final también de la temporada
invernal para casi todos.
viernes, 9 de enero de 2015
¿Hay motivos para ser optimistas con el ciclocross? (II)
Por ello, e independientemente de los resultados y las lecturas que
podamos sacar de este Campeonato, es el momento de intentar responder a algunas
de las preguntas que nos planteábamos en octubre -¿Hay motivos para ser optimistas con el ciclocross?- y cuyas respuestas difieren, incluso de manera
radical, según las categorías.
En élite, por ejemplo, se ha visto mucha, demasiada,
diferencia entre los dos ‘profesionales’ –Aitor y Larri- y el resto, a los que
definía muy bien el campeón Bruno Prieto como aficionados entrenados. Los
únicos que han podido estar a la altura de los dos gallos han sido los sub23
Suárez y Orts. Pero el resto, han estado un peldaño por debajo, a pesar de que
Ismael Esteban apostaba porque el Campeonato no va a ser cosa de dos, sin
conocerse aún la presencia del catalán de Llivia y el asturiano de Güemes. Y es
una pena porque cada vez estoy más ‘empapado’ de la idea de Jon Hernández, de
que es más fácil hoy en día ser profesional del CX que de la carretera y que
hay un buen puñado de ciclistas que podrían serlo, una vez que ven, a los
veintipocos años –desgraciadamente- que el pelotón rutero no es para ellos… o
que les toca buscarse las habichuelas en países en los que la experiencia vital
es mucho más interesante que la ciclista. No nos olvidemos nunca de la exitosa
reconversión de Hernández y Ruiz de Larrinaga hacia el barro, tras cerrarse su
periplo en el asfalto. E incluso el bueno de ‘Samu’ demuestra que nunca es
tarde… aunque lo ideal es hacerlo lo más pronto posible, sin dejarse encantar
por unas falsas sirenas.
Pero no es en la máxima categoría en la que se ‘rompe’ una
cadena que funciona relativamente bien en cadetes y juniors, o al menos en las
comunidades con tradición ciclocrossista. Es en sub23 donde se observa esa
preocupante grieta. Es perfectamente comprensible que unos chavales en los años
decisivos de su vida quieran jugarse el todo por el todo en su futuro en la
carretera o el BTT. Pero es una pena que perdamos a los más prometedores:
Jonathan Lastra, Pablo Rodríguez, Alex Aranburu, Diego Pablo Sevilla…
Pasando a los masters, es sin duda la revolución de los
últimos años, como muestra que haya tantos corredores en la categoría de los treinta
como la de los élites. Y que el número se vaya incrementando poco a poco
también con los ‘mayores’. Un fenómeno que a algunos –con una corta visión,
bien es cierto- les repugna, pero que debe valorarse en su justa medida,
diferenciando este ciclismo de ocio con el de alta competición y desarrollo
antes mencionado, pero que a la vez sirva como ‘locomotora’. Eso sí, que nadie
piense que por su mayor ‘peso’, tengan que plantearse dejar de madrugar, como
he oído no hace mucho.
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