Una de las entrevistas que más
me ha marcado fue la que le realizó José Carlos Carabias en ABC a Oscar Freire
tras su retirada en Valkemburg. En ella, el tricampeón del mundo reconocía que
los ciclistas habían dejado de ser ídolos, en estos tres párrafos:
—Vamos, vamos, no se queje. Nadie le ha llamado nunca paquete. Se le ha
respetado mucho a usted.
—He seguido mi camino, sin
preocuparme lo que dice la gente. He pasado varias generaciones y se ha perdido
el respeto al ciclista. La gente ya no tiene respeto por nosotros. El corredor
ya no es lo más valorado de este deporte. La UCI, los equipos y el mundillo en
general no valoran al corredor. Somos un producto, un negocio, no ídolos.
—…
—Induráin y Perico eran ídolos. Ahora ya no hay. Contador gana, pero no es un ídolo. Esa figura ya no existe.
—Induráin y Perico eran ídolos. Ahora ya no hay. Contador gana, pero no es un ídolo. Esa figura ya no existe.
—El dopaje lo estropeó todo...
—Claro. Ya sabemos por qué fue todo.
Pero no es justo que paguen todos en este deporte por unos pocos. He vivido los
días bonitos del ciclismo y también los negros. Ahora te valora el que entiende
de ciclismo, no el gran público.
Dos
años y tres meses después, leo otra interesante entrevista, esta vez en MARCA,
de Enrique Bernaola al exculpado Ezequiel Mosquera, otro ciclista que ha
demostrado ser un señor en unos momentos en los que muchos no sólo habrían
sacado pecho sino que hubieran disparado a diestro y siniestro. Pues bien, el
gallego se expresa en parecidos términos:
El ciclismo profesional de hoy es irracional
totalmente (…). Me dediqué a esto porque veía héroes encima de la bici y hoy no
sé qué es lo que ve la gente encima de la bici. Pero héroes yo creo que no. No
sé si irá para mejor o no, pero prefiero recordar con nostalgia lo que yo viví
como ciclista profesional. Hoy en día, en el ciclismo, o ganas dinero o no
compensa. Antes no era así. Antes, con dinero o sin dinero, te sentías
realizado siendo ciclista profesional.
Unas
palabras para preocupar… pero no las más graves. Y es que, casualidad o no, hoy
publica Pablo León en su blog ‘I love bicis’ en El País una interesante entrada
titulada “¿Por qué la sociedad odia a los ciclistas?”. No es la misma
casuística, ni siquiera el mismo ámbito, pero el autor reflexiona sobre ese
halo negativo a la hora de sustituir razón por emoción. Y que vale tanto para
el ciclista urbano, como explica León, como para el de competición... si alguno
desea hacer la continuación.
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