jueves, 27 de septiembre de 2018

Reformas UCI carretera: Muchas dudas, un acierto y un tremendo error


Como todos los años, la celebración de los Campeonatos del Mundo conlleva las habituales reuniones del Comité Directivo de la UCI, el máximo organismo gestor del ciclismo mundial, que aprobaba una serie de medidas en el horizonte del 2020, principalmente referidas a la reordenación del ciclismo profesional masculino, anunciadas este martes, y a la equiparación progresiva a éste del femenino, un día después.

En el primer caso, la UCI se encargaba de recordar que los acuerdos llegaban bendecidos por todos los estamentos del ciclismo: corredores, equipos y organizadores. Siendo así, supongo que no soy nadie para cuestionarlos, pero no puedo dejar de pensar –y de escribir- que me plantean muchas dudas, sobre todo si no se aprovecha o se revierte la reducción de corredores por escuadras aplicada en 2018 en base a razones de seguridad y que se ha revelado como un gran fiasco. Veremos cómo se plasma reglamentariamente todo esto antes de profundizar.

Teniendo en cuenta que el número de UCI World Teams se mantiene en 18, y que en las pruebas del UCI World Tour, es de suponer que las ‘wild cards’ seguirán siendo sólo cuatro para las grandes vueltas, de las cuales dos serán por méritos deportivos, que era lo que reclamaban los equipos continentales –y la causa del desplante del Aqua Blue-, y sólo dos por invitación pura, lo que perjudica a los equipos de los países de esas grandes: no hay que olvidar que tres de esas cuatro plazas del Giro, Tour y Vuelta se concedieron a escuadras de Italia, Francia y España, respectivamente. Primer varapalo para el ciclismo nacional.

Por el contrario, si se revirtiese esa reducción de corredores y se volviese a la situación anterior de un pelotón máximo de 200 ciclistas, se podría aumentar el número de equipos de ‘segunda’ invitados, ahora llamados ProTour, lo que sería sin duda una buena solución para esa brecha cada vez más profunda entre la ‘primera’ y la ‘segunda’. Porque lo de volver a los nueve corredores por escuadra –que es algo que no entiendo por qué no ha sido una prioridad para la CPA- es algo que no va en la agenda de la UCI, que incluso pretende dar un nuevo giro de tuerca a esa reducción, a tenor de las repetidas manifestaciones de su presidente.

A nivel de calendario, me temo que, en principio, la reforma es más estética que de profundidad, salvo en la creación de la UCI Classics Series, integrada en el World Tour, con la que se recupera la antigua Copa del Mundo de Clásicas, aunque sería mejor hacerlo con un número menos a esas quince pruebas adelantadas y de las que se desconocen las integrantes salvo los cinco ‘monumentos’.

El World Tour se mantiene en torno a los 185 días de competición que tiene ahora, y aunque sería interesante evitar la coincidencia de pruebas de esta máxima categoría, no creo que el proyecto vaya por esos derroteros. La ‘segunda categoría' pasa a llamarse UCI Pro Series, y está por ver qué y cuántas pruebas, dónde y para quien, por lo que es muy precipitado opinar al respecto. Eso sí, las pruebas que se queden en el circuito continental, que lógicamente ahora sería la tercera división, tienen un futuro profesional pero que muy negro, al menos en nuestro entorno nacional.

Potenciar el ciclismo femenino

Un día más tarde, se anunciaban una serie de medidas para la profesionalización del ciclismo femenino y que básicamente suponen equiparar el marco competitivo al masculino, con la creación de los UCI Women’s WorldTeams, con el establecimiento de unos salarios mínimos, y la reorganización del calendario en esas mismas categorías, teniendo más al futuro desarrollo que a la situación actual.

Reforzar la presencia femenina en los puestos de responsabilidad y la homogeneización del formato de las distintas disciplinas son otros dos aspectos a priori muy positivos, aunque hasta que no vea como se plasma este último, prefiero ser cauto.

Finalmente, también en la tarde de ayer, la UCI oficializaba una idea que ya era un secreto a voces, la creación de una crono mixta por relevos, destinada a las selecciones nacionales, para sustituir a la contrarreloj por equipos, ya desde el próximo Mundial de Yorkshire 2019.

Por mucho que una prueba por equipos comerciales no tuviera mucho sentido integrada en un Campeonato del Mundo por selecciones nacionales, la combinación tenía una serie de ventajas. Sin ir más lejos, que determinados países pudieran aprovechar la logística y los mejores medios materiales de equipos, como ha sucedido con España y Movistar, aunque para mí la contrarreloj por equipos –sean de marca, sean selecciones- es una bella disciplina en donde hay que ‘invertir’ muchas horas de preparación.

Y ahí está el quiz de la cuestión. Teniendo en cuenta que la prueba consta de una primera parte con tres hombres que pasan el relevo a otras tantas mujeres, en idéntico recorrido, habría que entrenar a dos tríos de una forma bastante específica en los días anteriores, compuestos por ciclistas de diferentes escuadras. ¿Esto es posible con el calendario que tenemos hoy en día?

Pero es que esto tampoco es verdaderamente una cronometrada al uso –o a la tradición-. Es algo que se asemeja más al espectáculo del ‘team relay’, aunque las condiciones del BTT son muy distintas a las de la carretera. En todo caso, por si surgen dudas, el hecho de que otorgue puntos para la clasificación olímpica es la más poderosa razón para que no surjan voces discrepantes, al menos por parte de las Federaciones. Otra cosa es que la misma dinámica de esta prueba ponga en evidencia esa diferenciación entre países que por ‘orgullo’ quieran prepararla y otros que lo consideren un trámite.

No quiero terminar sin decir que me parece absolutamente preocupante que se justifique esta decisión buscando la equidad entre los sexos o la promoción del ciclismo femenino, que como veíamos antes lo que busca una igualdad de oportunidades –recorridos, premios…- y no experimentos mixtos, por cierto, probados y olvidados por incongruentes en pista.

Es más, creo que el mejor gesto por la igualdad por parte de la UCI sería ahora mismo presionar para cambiar el lamentable recorrido olímpico femenino de Tokio, que lanzar un brindis al sol hablando de buscar los mismos participantes masculinos y femeninos en París 2024. Pero eso es otra historia.


miércoles, 26 de septiembre de 2018

Valverde: La historia de dos platas y cuatro bronces mundialistas


Alejandro Valverde vuelve a la selección después de haberse ‘saltado’ los dos últimos Mundiales. En Doha no quiso estar por lo tardío del evento en un recorrido que no le era nada propicio, como posteriormente se evidenció con Imanol Erviti como único ‘superviviente’ español; en Bergen no pudimos verle por culpa de ese gravísimo accidente sufrido unos meses antes en el prólogo del Tour.

A sus 38 años, el ‘Bala’ atesora el mayor número de medallas logrado jamás por un ciclista en un Mundial… pero sin haber podido subir al escalón más alto: Plata en Hamilton 2003 y Madrid 2005, y bronce en 2006, 2012, 2013 y 2014. Innsbruck es, posiblemente, su última oportunidad de vestirse con el ‘arco iris’. A su favor cuenta con el recorrido y con la experiencia; en su contra, las malas sensaciones de los últimos días de la Vuelta y un número reducido pero muy selecto de aspirantes.

Debut con mealla en Hamilton.
Foto: © Román Mendoza para RFEC
Pero no vamos a analizar el futuro, sino el pasado, la trayectoria de Valverde con la selección, que se iniciaba en Hamilton 2003, con 23 años, donde refrendaba con la plata mundialista ese podio conseguido semanas atrás en la Vuelta a España, con los colores de Kelme. “Posiblemente sea cierto lo que dice Freire de que me falte experiencia en este tipo de carreras. De momento no me planteo nada. Vengo aquí para trabajar, aunque sea en la última parte de la carrera”, decía unos días antes de su debut a las órdenes de Paco Antequera, para añadir tras la carrera, en la que se logró ese histórico doblete con el triunfo de Igor Astarloa: “Esto es como en los tiempos de Indurain y Olano, algo realmente increíble, que tenemos que disfrutarlo. Después de una campaña como la que he tenido, que se me ha dado todo muy bien es un gran broche. Cuando ha atacado Igor, me he mantenido en cabeza del grupo para controlar que no fueran a por él, pero las fuerzas iban muy justas. Sabía que podía llegar. En la recta final he entrado tercero, pero con fuerzas para esprintar hasta que me he puesto por delante y he conseguido la plata”. Es curioso, pero la fiesta del doblete tardó en calentarse por unas desafortunadas palabras de Astarloa, que necesitaron una oportuna explicación.

Verona 2004 se recordará por el tercer título de Oscar Freire, que entraba en la historia al convertirse en el cuarto corredor que obtenía el triplete en el Mundial, después de los míticos Alfredo Binda, Rik Van Steenbergen y Eddy Merckx, club al que se añadía el año pasado en Bergen Peter Sagan. Valverde fue el lanzador de lujo del cántabro. “Sabía que tenía que preparar la llegada para Oscar por que el más rápido. En la penúltima vuelta ya lo habíamos hablado, le debía lanzar a falta de 400 metros, pero son adelantó Hondo y lo he hecho a 300 metros de la meta. En ningún momento he temido por la victoria, Oscar estaba muy fuerte y mentalizado y la selección ha controlado perfectamente la carrera. Es una sensación diferente a la del pasado año, no he conseguido una medalla, pero lo ha hecho un compañero y es una victoria de todos. Me siento orgulloso de ayudar a Oscar”.

De nuevo plata, en Madrid © Felix Nielfa
El de Torrelavega fue una sensible baja por lesión un año más tarde en Madrid, pero el murciano –ya integrado en la estructura de Eusebio Unzue- también estuvo a punto de causar baja por una lesión de rodilla, en el primer Mundial que se disputó con sólo nueve ciclistas –en vez de los doce de años anteriores-. “Con nueve es más difícil controlar y probablemente se decida en una escapada de un grupo pequeño. Esta será nuestra baza, buscar una escapada en la que ellos no estén –se apostaba por un Mundial para un sprinter como Petacchi, Boonen o McEwen- Tendremos que trabajar para endurecer la carrera y para buscar ese corte que nos favorezca. Por eso quizá vea más como favorito a un corredor como Bettini”.
Y Valverde buscó ese corte que no llegó, por lo que tuvo que lanzar el sprint “a falta de 300 metros, pero Boonen me ha remontando fácil porque era el más fuerte y el más rápido y no hay que poner objeciones a su triunfo. No pienso que la fuga me haya pasado factura ni atacar tan pronto. Y la prueba es que esta plata me sabe a oro, porque no me la esperaba”. Por primera vez el murciano era el gran protagonista de la fiesta en la noche del domingo en el hotel de Madrid.

Salzburgo, tercera medalla, primer bronce.
© Román Mendoza, para RFEC
La racha de Valverde se prolongaba en Salzburgo 2006, el último Mundial austriaco hasta la fecha, donde por fin se estrenó Paolo Bettini y el murciano subía al podio a recoger el bronce, justo por delante de Samuel Sánchez. Un ataque del asturiano en la parte final propició un resultado que para muchos podría haber sido aún más favorable si éste no hubiera tensado, aunque otros piensan que fue lo que impidió una llegada más favorable a los esprinters, entre ellos el mismo ‘Bala’. “De hecho han llegado, pero ‘Samu’ ha estado súper fenomenal. El oro ha estado cerca, pero lo importante es que se ha conseguido medalla”. Comenzaba a echarse en falta el arco iris, pero en el recorrido de Stuttgart se veía una gran oportunidad… pero llegaba una época complicada

Los años difíciles

Y es que el Mundial de 2007 estuvo marcado por esa decisión de la UCI –a instancia de la Federación alemana- de no dejarle correr argumentando su implicación en la Operación Puerto, a pesar de no haberse pronunciado aún ninguna sanción al respecto. La RFEC tuvo que recurrir al TAS que dio la razón al español, que pudo presentarse en Stuttgart. “Estaba tranquilo, aunque siempre existe un 2% de opciones de no poder correr. He entrenado bien pensando en el Mundial, aunque algunas veces la cabeza se iba al otro tema”. Pero lo cierto es que Valverde no entró en carrera. “Está claro que no todos los años podemos sacar medalla. Quizás todo lo que ha pasado antes del Mundial me ha afectado en el sentido que no he podido hacer entrenamientos muy largos. De todas formas, yo ya había ganado mi Mundial al poder estar aquí con mis compañeros y estar a un nivel bueno”.

Ganar el cuarto Mundial con Freire era el objetivo que anunciaba la selección en Varese 2008, ese año mágico del ciclismo español, aunque Valverde avanzaba antes del mismo que “tengo total libertad para moverme”. Pero a la hora de la verdad fue un Campeonato muy negativo para la selección española, cuya táctica quedó en entredicho ante el doblete italiano, en el que Bettini, muy hábil, hizo de cebo para propiciar el éxito de Alessandro Ballan y Damiano Cunego.

Valverde volvió a terminar en un puesto anónimo (37º). Tras la carrera, llegaba bastante molesto al autobús y apenas realizaba declaraciones. “Oscar y yo estábamos en el grupo de Bettini y esperábamos que arrancara. Samuel y Purito estaban por delante y la verdad es que al final no sabíamos que decisión tomar. Tampoco funcionaban los walkies, así que nos quedamos sin información de lo que pasaba en carrera y al final nos hemos quedado en ese grupo sin atacar”. Y es que el funcionamiento de los ‘pinganillos’ ocasionó bastantes críticas y bastantes chanzas, aunque ‘Purito’ lo dejó claro: la verdad es que nos faltó capacidad de reacción propia. Y es que, si sales con la mentalidad de que tienes que estar pendiente del ‘pinganillo’, a la que falla algo estás perdido”.

En la linea de salida de Mendrisio
© Josu Mondelo, para RFEC
No muy lejos de ese escenario tenía lugar el Mundial de 2009, aunque en tierras helvéticas, concretamente en Mendrisio. Dado el mayor coste de vida de Suiza, la RFEC reservó alojamiento en tierras transalpinas, pero la tensión Italia-Valverde había llegado al máximo, por lo que a última hora tuvo que optar por un segundo hotel en la misma ciudad suiza, pero exclusivamente para los ‘pro’, para el seleccionador –que ya era José Luis de Santos- y para un par de auxiliares “en orden a preservar el debido sosiego y la preparación, con el que los integrantes de su selección nacional profesional deben afrontar la cita mundialista”, según rezaba el comunicado federativo.

Con un recorrido muy selectivo, el máximo temor de la selección era “una escapada sin control” y, como siempre, el estado tras haber disputado la ronda española. “Hemos terminado bien la Vuelta. Muy bien no, porque el esfuerzo de tres semanas se termina acusando. Pero por forma y motivación no debe haber ningún problema”.

España borraba la mala imagen de Varese, con el bronce de un ‘Purito’ que comenzó en aquel Campeonato a dar el salto de calidad hacia la élite mundial. Cuarto era Samuel Sánchez y noveno un Valverde que no se mostraba decepcionado por el resultado, “ya que lo importante es la medalla para el equipo, y si encima es para un amigo como ‘Purito’, que se lo ha merecido totalmente, mejor. Hemos realizado un buen trabajo de equipo y solamente que ha habido otros corredores que han sido superiores”.

Fue el último Mundial del murciano por algún tiempo, cuya sanción italiana cobraba dimensión internacional al ser refrendada por la UCI. Ni en Geelong 2010, ni en Copenhague 2011, Valverde visitó los colores de la selección –por aquel tiempo esa impresentable combinación rojinegra-, para volver con renovados bríos en Limburgo 2012.

De regreso, en el podio © Román Mendoza, para RFEC
Dos medallas más

Y a tenor de sus manifestaciones, regresaba sin ganas de revancha “Es posible que empezara la temporada con rabia, pero se va pasando. Hay que ser deportivo, tener categoría y clase e ir a por las victorias y no pensar en lo demás. Lo pasado, pasado”, aunque terminaba diciendo que “no estaría mal que McQuaid me entregara el maillot. McQuaid o cualquier otro, claro”. Eso sí, en lo deportivo apuntaba que “otras veces he llegado con más dudas sobre mi estado, ahora sé que llego bien al Mundial”.

El resultado, aún con medalla y entregada por el presidente de la UCI, fue agridulce. “Valverde, no me jodas, pedalea que hay una medalla”, fueron las históricas palabras en la retransmisión en directo de Antonio Alix en Eurosport. Había atacado Philippe Gilbert, a la postre oro, y el murciano se quedaba en un grupo atrás que no pudo seguir al belga, pero dudando si tirar o esperar. “La idea era trabajar para Oscar, por lo que miré para ver si llegaba, pero la distancia era amplia y se estaba yendo gente como Boasson Hagen, Kolobnev, por lo que salí adelante para cazarlos y jugarme la plata”, una vez que el belga con su ataque certificaba el triunfo, aunque al final el murciano regresaba con el bronce. Por cierto, la despedida del ciclismo de Freire eclipsó el protagonismo de ‘Bala’ y su medalla en el hotel de la selección.

La tristeza se mascaba en el podio de Florencia
© Román Mendoza para RFEC
Pero el Mundial más esperado era el de Florencia, por su dureza –aunque el murciano consideraba en los días anteriores que el recorrido de Mendrisio era más selectivo-, que se incrementó por la continua lluvia caída durante toda la prueba. El desenlace seguramente lo recordarán todos: ‘Purito’ y Valverde junto a Vincenzo Nibali y Rui Costa, después de que Rigoberto Urán se descolgase por una caída. Ataque del catalán, reacción de luso que caza, indecisión del murciano que se queda con el siciliano en vez de cerrar el hueco. Conclusión: victoria fácil del portugués sobre ‘Purito’ y una doble presencia española en el podio más amarga que la hiel.  Mínguez, que debutaba como seleccionador, lo resumía perfectamente: “El oro era nuestro y lo hemos perdido. Valverde tenía que haber salido hasta a por el motorista”. Lágrimas de un inconsolable ‘Purito’, mientras que ‘Bala’ se justificaba: “Lo siento. No tenía piernas, te lo juro”, aunque el tuit de felicitación enviado al portugués, en aquel entonces compañero de equipo, tampoco contribuyó a aliviar la tensión. Ni que decir que la cena tuvo un nulo ambiente festivo.

Ponferrada, última presencia
en un podio mundialista © Ponferrada 2014
Sin asomo de mal rollo entre ellos, los dos ciclistas volvían a coincidir un año más tarde en Ponferrada, un Mundial de especial motivación para los españoles, aunque el seleccionador advertía que “al recorrido le falta dureza, por lo que tendremos que buscarla nosotros” y avisaba de lo que terminaría sucediendo: “Si alguien llega con diez segundos a la última subida puede ganar”. Y ese no fue otro que el polaco Michal Kwiatkowski, que se adelantaba al grupo de elegidos en el que Valverde se hacía con el bronce, en su sexta y hasta el momento última presencia en un podio mundialista. “Viendo quién me rodeaba en la última vuelta, todos los rápidos, y todos pendientes de mi rueda, llegué a pensar que ni siquiera conseguiría medalla”, reconocía. Y siguiendo con las anécdotas, en Ponferrada –bueno, en concreto en el hotel de O Barco de Valdeorrás- no hubo siquiera cena tras la carrera, ya que todos los corredores decidieron regresar a sus casas.

Richmond 2015, el último Mundial que ha corrido Valverde hasta la fecha, no le convencía mucho. “No es el recorrido más propicio para mí, aunque tiene su dureza y será complicado”. Y al final, descontando ese valiente ataque de Peter Sagan que le daría su primer ‘arco iris’, las medallas de jugaron en un sprint en el que el murciano era quinto. “Aunque el final era complicado, ha llegado toda la gente rápida, y en estas circunstancias el quinto puesto es para estar contento, porque era más gente rápida que yo, Un año más hemos estado ahí”.

No fue entonces, sino un año antes en tierras bercianas, cuando Eusebio Unzue pronunciaba unas palabras que, ojalá, se olviden este año y que no son sino la mejor despedida a este repaso. “El ciclismo es injusto con Valverde, al que debe un Mundial, por lo menos”.


lunes, 24 de septiembre de 2018

Campeonato de España de pista: un terremoto de muy baja intensidad


La nota oficial de los Campeonatos de España de pista se encabezaba con un ‘Valencia, epicentro del ciclismo nacional este fin de semana’, un título quizá demasiado ambicioso vista la cada vez menor importancia que se da en nuestro país a la pista en relación a otras modalidades ciclistas. Y empleaba un término como epicentro, bastante manido pero efectista –reconozco que yo le he usado varias veces-, y que sobre todo me da pie a comenzar esta reflexión sobre los Nacionales celebrados este fin de semana en el Luis Puig.

Y es que el epicentro es el punto de la superficie en el que un terremoto adquiere su máxima intensidad, desplazándose desde él las ondas sísmicas. Por lo tanto, entendemos que se producirán unos efectos, un temblor, una sacudida más o menos brusca… pero en Valencia no hubo nada de eso, ya que en el ciclismo en pista español poco o nada se mueve.
Eloy Teruel, en plena puntuación © Román Mendoza

Desgraciadamente fue un calco –y casi con los mismos actores y actrices- que ediciones anteriores, que a su vez repiten los escenarios de citas anteriores desde hace mucho tiempo atrás. Eso sí, de haberse producido un verdadero sismo, pocas víctimas se hubieran producido: las gradas del Luis Puig estaban tan vacías como siempre, siendo el escenario que, con diferencia, menos público capta para esta disciplina. Pero ese es otro tema.

Aunque las fechas no eran las mejores –el objetivo de nuestros mejores pistards está a un mes vista con el inicio de la Copa del Mundo-, y ello suponía que algunos llegaban aún lejos de su mejor forma, es de agradecer la máxima implicación de todos ellos. Especialmente de un Sebastián Mora que quiso dejar lo mejor de él ante sus paisanos y que provocaba la respuesta cachonda de su compañero y amigo Albert Torres: “Tendremos que volver a Palma porque Sebastián estaba muy motivado”. 

Aunque quizá el que más hizo por provocar el terremoto fue un Eloy Teruel quese resiste a ser jubilado, y que a sus 36 años se llevaba su primer Campeonato de España en puntuación, la especialidad en la que ha subido tres veces al podio –dos platas y un bronce- en los Mundiales.

Depende del proyecto

Pero la disciplina que más necesita esa sacudida, la persecución por equipos, cada vez está más mortecina. Es bastante elocuente que los cuatro mejores de la individual –un requisito no necesario, pero sí muy significativo para correr la prueba- estén descartados para la ‘cuarteta’ por diferentes razones. Y aun así un hombre como Vicente García de Mateos, tras una excelente Volta a Portugal, se presentaba en Valencia, “por hacer algo este fin de semana y porque me gusta”. 
Final de velocidad entre Moreno y Peralta © Román Mendoza

¿Recuperables? Como me respondía un técnico, “depende del proyecto”. Y ahora mismo no lo hay. Me hubiera gustado ver como dije hace unos días a Joan Martí Bennassar o a Manolo Peñalver, incluso a Enrique Sanz o a Juanjo Lobato, ciclistas que podrían tener un hueco si el entorno ciclista general –o particular, ese proyecto al que antes se referían- fuera otro. Por cierto, Oscar Pelegrí sí apunta a esa dirección, de lo cual me alegro mucho. Y ojalá Xavi Cañellas también pueda implicarse, aunque su futuro también esté ligado a la carretera como profesional desde el próximo año. Se lo merece.

Sobre los velocistas, poco que decir. Juan Peralta sabe lo que quiere; Pepe Moreno da pequeños pasos y ojalá Alejandro Martínez recupere la prometedora senda por la que rodaba hace dos años, pero lo que importa, sus prestaciones internacionales en el equipo de velocidad, tienen un escaso protagonismo olímpico a priori. 

En todo caso, sí que hemos visto alguna ‘descarga’ en este reducido grupo con Rubén Crespo, un aragonés procedente del BMX que quiere ser velocista ‘full time’: veremos si puede lograrlo con 26 años.

Tania Calvo y Helena Casas, tanto monta, monta tanto, intercambiándose los triunfos respecto a 2017, esperando que su nueva composición de la velocidad por equipos funcione a nivel internacional para buscar una clasificación olímpica muy pero que muy complicada… y con la alavesa como protagonista de una prueba que no es la suya.

Una madison atípica
Relevo de la pareja vencedora de la madison femenina © Román Mendoza

Entre las féminas, la ausencia deuna selección femenina vasca sí tuvo distintas consecuencias más o menos sísmicas. Por un lado, que no se pudiera disputar la persecución por equipos por insuficiencia de equipos inscritos –sólo dos-. Eustrak sí pudo participar en el resto de pruebas de fondo, aunque Ziortza Isasi e Irene Usabiaga acusaron sendas caídas, pero el resto de fondistas vascas tuvieron que buscar otras alternativas. Ane Iriarte (Bizkaia) prefirió quedarse en casa, mientras que Eukene Larrarte (Gipuzkoa-Ogi Berri) no quería perderse por nada del mundo su madison, en la que defendía título, y se buscó una improvisada compañera, que había aprendido a dar relevos el jueves anterior a la prueba.

La ausencia de velocistas obliga a que muchos y muchas fondistas tengan que alinearse en las velocidades por equipos para completar los dúos o los tríos, siempre buscando la mayor presencia posible de equipos en liza. En el caso de las féminas, Eukene tuvo que hacerle la primera vuelta a Tania… y ésta le devolvió el favor en la madison.

¡Y vaya que si lo hizo! La guipuzcoana hizo un carrerón, rodando más del 80% del tiempo, pero recibiendo aire de la alavesa cuando hacía falta… aunque fue el último sprint de la velocista el que les daría el título. Inesperado pero merecidísimo.

Por cierto, dada la escasez de participantes y del ‘choque’ de intereses muchas veces entre equipos y selecciones, ¿no se podrían buscar fórmulas más flexibles y originales? Por ejemplo, poder competir en pruebas individuales como equipo y en las globales como selección, o incluso permitir equipos mixtos. Ahí lo dejo.

Y volvemos con la sismología y la geofísica para terminar. Y es que todo epicentro, en la superficie, tiene su origen en un foco en el interior de la corteza, el hipocentro. Y es precisamente este punto –bien definido geográficamente en España- el que tendríamos que buscar para que la pista tenga esa verdadera sacudida que le hace falta para revivir.

jueves, 20 de septiembre de 2018

Sólo cuatro pruebas en la Copa de España de ciclocross

Solamente cuatro pruebas –la misma cantidad, sedes y fechas que el año pasado- compondrán la Copa de España de ciclocross, según ha anunciado hoy la RFEC. Un número que se antoja claramente insuficiente, a tenor del crecimiento de esta disciplina, y con una escasa implantación territorial: tres pruebas en Euskadi –y dos de ellas en el mismo fin de semana- y el ya tradicional cierre de Valencia.
  • Sábado 27-10-2018 / XXXI Ziklokrossa Laudia (Llodio, País Vasco)
  • Domingo 28-10-2018 / Elorrioko Basqueland Ziklokrosa (Elorrio, País Vasco)
  • Domingo 11-11-2018 / XXVI Ciclocross Karrantza (Karrantza, País Vasco)
  • Domingo 16-12-2018 / XXIII Ciclocross Internacional Ciudad de Valencia (Valencia)
Felipe Orts, último vencedor. © RFEC
Hay que recordar que en 2016 fueron siete las pruebas puntuables y que en ediciones anteriores el circuito nacional tuvo pruebas en Comunidades como Galicia, Asturias, Cantabria, Madrid o Cataluña, actualmente fuera.
Desde el punto de vista positivo, mencionar que este año ninguna de ellas coincidirá, como en años anteriores, con pruebas de más nivel como Campeonatos de Europa o Copa del Mundo.
Finalmente la información federativa no hace ninguna mención a Loterías del Estado, que ha esponsorizado las dos últimas ediciones, por lo que se presume que, debido al cambio en las altas instancias gubernamentales –que se traduce en el relevo de Inmaculada García por Jesús Huerta-, podría dejar de patrocinar esta competición.

jueves, 13 de septiembre de 2018

Cómo no se gestiona una información: la tentativa de record de la hora Vittoria Bussi


Suelen decirte en las escuelas de periodismo que lo importante es la noticia, que contar cómo la has conseguido no le interesa a nadie. Y tienen razón. Lo que ocurre es que hay veces en que la noticia es precisamente cómo no se gestiona una noticia. Y el caso de cómo se trató informativamente la tentativa del record que ayer afrontó la italiana Vittoria Bussi es noticia en sí misma. Y muy mala noticia.

En un verano en el que el record de la hora estuvo de total actualidad, debido a las tentativas de otros dos ciclistas, concretamente Martin Toft Madsen y Dion Beukeboom, esperábamos que el intento de la transalpina fuese también retransmitido por la UCI a través de su canal de YouTube. Craso error. Es más, el máximo organismo ciclista mundial no hizo durante la jornada de ayer ni la más mínima mención en su web a la tentativa de Bussi. Supongo que habrá razones económicas para no afrontar dicha retransmisión, pero se hace un flaco favor a la igualdad entre sexos en el ciclismo con acciones como ésta.

Por cierto, sí hubo imágenes de la tentativa, a través de un Facebook Live de un medio de Aguascalientes que mostraba unas desoladoras imágenes de un velódromo vacío, si ninguna locución ni mucho menos grafismos sobre el estado de la tentativa, por lo que ver dar a una corredora vueltas y vueltas a un velódromo sin saber para qué desanima hasta al más animoso o interesado seguidor.

Pero no hay que echarle la culpa (sólo) a la UCI. Lo del entorno de la ciclista es kafkiano. En su web oficial imposible encontrar una precisión sobre este intento, una “prossima sfida” –desafío próximo- del que no se mencionaba ni la hora, ni la fecha, ni siquiera el escenario. Y aunque en otro apartado se alude a un mail y un teléfono (guasap) de su jefa de prensa, debía estar tan agobiada atendiendo a los medios que ni contestó.

Vittoria Bussi también tiene cuenta en Twitter… pero como si no la tuviese. Durante ayer ni una sola mención su tentativa y en el día anterior, dos retuits a sendas entrevistas –una en Cyclingnews y otra a su coach… pero ninguna de las dos precisaba el día y la hora –cuando se anunció el record a principio de verano se hablaba del 12 o el 13-. Por ello, durante buena parte de la jornada tuve mis dudas por si se había pospuesto el ataque al record, aunque si encontré confirmación en un par de medios mexicanos, a pesar de que tampoco son una referencia infalible.

Ni que decir tiene que la cuenta de la italiana, diez horas después. no tiene ninguna mención del resultado y de que el seguimiento de la misma solamente fue posible gracias a dos cuentas de Twitter, a las que decidí dar una cierta fiabilidad. No me quedaba otra.

Lo de menos es contar ya que Bussi detuvo su tentativa a los 44 minutos, cuando rodaba a una media de 47,887, ligeramente por debajo de la distancia de 47,980 de la norteamericana Evelyn Stevens.

Por lo tanto, en esta época en la que la información está supeditada al marketing, un claro ejemplo de cómo no se deben hacer las cosas desde el punto de vista informativo, aunque supongo que los ‘gurús’ de la mercadotecnia también tendrán mucho que criticar.

PD: La foto que acompaña este post, como otras que han aparecido es de la anterior tentativa -el pasado mes de octubre., como era de suponer.

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Ciclismo en Flandes (III): La cerveza, el aliado necesario

Sagan, celebrando su triunfo en Flandes con una Kwaremont © Página oficial https://www.kwaremont.be
Cuando hace unos años terminó su patrocinio con un club de fútbol, De Brandere Brouwerij –uno de los más 250 fabricantes de cerveza que hay en Bélgica- decidió apostar por el ciclismo. Y lo hizo con una nueva marca, con el nombre de uno de los lugares emblemáticos de Flandes, el Kwaremont. No querían una cerveza de batalla –la lager cumple esa función-, pero tampoco de una graduación excesiva, que fijaron en un 6,6%, justo la pendiente que tiene el muro sin contar la parte inicial.
La cervecera De Brandere,
con alusión a su marca más ciclista 
En un país en el que servir una cerveza en otra copa que no sea la específica es un insulto, también trabajaron mucho en los detalles del recipiente, como la imagen en relieve de un ciclista en el tallo o el ‘perfil’ adoquinado que tiene la base, por no hablar de la imagen de marca que aparece en el cáliz.
Ni que decir tiene que el patrocinio de ‘De Ronde’ fue tan rápido como necesario… y que hoy en día se ha extendido a otras diez grandes carreras, a numerosas competiciones nacionales o a la Napoleon Games Cup, la Copa de ciclismo belga. Eso sí, por política de empresa los patrocinios son siempre de eventos, nunca de equipos ni mucho menos de deposrtistas individuales.
En un país, en el que hay casi 1.500 marcas, la diferenciación se hace no sólo por el tipo de producto, sino también por estas apuestas. Y el ciclismo en particular, y el deporte, en general, es un buen escaparate, ya que la legislación belga –a diferencia de la de otros países- sí lo permite.
De hecho, la simbiosis entre cerveza y ciclismo es total. “Cerveza para ciclistas y aficionados” es el lema de esta rubia, aunque hay otras muchas marcas más, como Cyclist o La Redoutable, un juego de palabras con la mítica cota de la gran rival valona. Por no hablar de otras vinculaciones como rutas cicloturistas por las abadías, lugar de nacimiento de este producto que hace mucho tiempo fue conocido como ‘pan líquido’, y del que hemos podido conocer muchos más secretos gracias a Turismo de Flandes y Bruselas.

lunes, 10 de septiembre de 2018

Ciclismo en Flandes (II): ‘De Ronde’, también en verano

A punto de coronar el Koppenberg, uno de los participantes más jóvenes de la Summer Edition

No podía imaginar Karel Van Wijnendale que cuando creo la Vuelta a Flandes en 1913 con una intención política y deportiva, su carrera se convertiría cien años después en una de las marcas más populares de nuestro deporte. Y es que no solo está el ‘monumento’ en plena primavera, sino que, desde hace unos años, viene precedida por una versión cicloturista el día anterior –We Ride Flanders-. También podemos encontrar, en el mes de junio, la versión retro de ‘De Ronde’, ceñida a bicicletas, vestimenta y material anterior a 1985, así como una marcha ‘off road’ para BTT y gravel, en octubre, aunque siempre con la seña de identidad de los muros de las Ardenas flamencas.
Y desde ayer, 9 de septiembre de 2018, la ‘joint venture’ entre Flanders Classic y Peloton nos ofrece una nueva versión, la ‘Summer Edition’, con distintos recorridos que, desde luego tienen en el Koppenberg o en el Oude Kwaremont los principales atractivos para todos los aficionados, si bien hay recorridos para todas las edades y condiciones: 25, 50, 75, 110, 150 y 200 kilómetros. Gracias a Turismo de Flandes y Bruselas pudimos compartir esa primera edición, con cerca de 4.000 participantes, aunque con epicentro en Gante en vez de Oudernarde.
Fiesta de la bicicleta
Participantes muy variopintos
en esta Summer Edition
Las pruebas cicloturistas belgas se caracterizan por no tener una salida masiva, sino que dependiendo del recorrido a realizar tienen una horquilla horaria para tomar la salida y terminar, y más por razones de logística –mantenimiento de los puestos de avituallamiento y de los controles en los cruces- que por otro motivo. Pero también me sorprendió la amalgama de participantes: desde el cicloturista profesional que todos conocemos, dispuesto a devorarse todos los kilómetros, hasta familias con niños de corta edad o ancianos sin ningún tipo de equipación especial. Solo la máquina –en bastantes casos incluso una ebike- y las ganas de disfrutar. O de sufrir. Como definió Alejandro, uno de mis compañeros de viaje, “una fiesta de la bicicleta’.
La inscripción son apenas quince euros más cinco adicional por el dorsal, que integra un chip para determinar los tiempos de paso, y que puedes quedarte o pedir que te devuelvan el dinero o una camiseta a cambio. 
Vista la excelente organización, y el paraguas ‘De Ronde’ que la avala, no es difícil augurar un gran futuro a esta ‘Summer Edition’, sobre todo por esas condiciones climatológicas que difícilmente se viven en el mes de abril en estas latitudes. Para los mitómanos, decir que existen muchas otras marchas, bien imitando a las grandes clásicas flamencas –Omloop Het Nieuwsblad, Dwars Door Vlaanderen, Brabantse Pjl…- bien homenajeando a los grandes campeones ‘flandriens’:Eddy Merckx, Johan Musseuw, Greg Van Avermaet, incluso Sven Nys.
Pero no es necesario esperar a una fecha determinada, ya que Flandes ofrece más de 1.200 kilómetros de rutas ciclistas de larga distancia –en una red que supera los 12.000-, con todo tipo de recorridos temáticos o no por todo el país.
Y un museo en Oudenaarde
‘De Ronde’, además, tiene su propio museo en Oudenaarde, que hemos visitado esta mañana y que resulta casi imprescindible para conocer la historia de la gran clásica flamenca.
Interior del Museo de ‘De Ronde’
Aunque el museo está totalmente actualizado –destacando un amplio panel donde resumen todas las ediciones celebradas, aunque se echa en falta una traducción al inglés o al francés, ya que solo está en flamenco, me quedo con la parte referida a los orígenes, en esa difícil época de la I Guerra Mundial, donde se puede ver y leer todo lo relativo al ciclismo de comienzos de siglo.
Junto a los maillots, a fotografías, carteles o una completísima colección de bidones, nos encontramos un vehículo del mítico equipo Flandria o un rodillo donde se puede ‘sentir’ lo que es montar sobre los adoquines.
Tienda y cafetería completan este emblemático lugar, que tiene dos ídolos en Tiesj Benoot –que vive muy cerca del museo y cuya bicicleta con la que ganó Strade Bianche este año se muestra completamente embarrada en una vitrina- y Fabian Cancellara, que celebró su victoria en 2013 sirviendo cervezas a sus fans… que daban la vuelta al museo para ser atendidos por este excepcional barman.

Publicado en Ciclo21

domingo, 9 de septiembre de 2018

Ciclismo en Flandes (I): Jempi Monsere, tragedia y museo


Entrada al Museo Nacional del Ciclismo en Roeselare
La historia de Jean Pierre Monsere es una de las más trágicas de un deporte como el ciclismo, en el que junto a grandes gestas aparecen de vez en cuando estas situaciones. En el Mundial de 1970 en Leeds –el último disputado en tierras británicas, aunque el año que viene regresaremos a Yorkshire -, bajo unas terribles condiciones de viento se proclamaba campeón del mundo de carretera, por delante del danés Leif Mortensen y el italiano Felice Gimondi. Con 22 años y algo más de un mes se convertía en el ¡arco iris’ más joven de la historia, aunque en 1991 Lance Armstrong le superaba por unos pocos días.
Vitrina con el maillot arco iris
 y la medalla de oro de Monsere
Era su primera temporada completa como profesional, ya que había pasado el mes de septiembre anterior tras quedar segundo en el mundial amateur, precisamente detrás de Mortensen. Y en su primer mes como profesional se imponía ya en el Giro de Lombardía, aunque fuese por descalificación del ganador, por dopaje.
Ya corriendo con el arco iris, el estreno de Jempi en 1971 no pudo ser más afortunado, al adjudicarse dos etapas y la general de la Vuelta a Andalucía. Pero su racha –y su vida- no durarían mucho más: el 15 de marzo, cuando competía en el GP Rétie, era mortalmente atropellado por un conductor.
Ayer sábado habría cumplido 70 años y el aniversario no ha pasado desapercibida para sus vecinos de Roeselare, en el Flandes occidental –su nombre y apellido no deben hacernos caer en el error de que fuese valón-, que han aprovechado esta fecha para reinaugurar –después de cuatro años cerrado- el Koers, el Museo Nacional del Ciclismo, y en el que he tenido la suerte de acudir gracias a Turismo de Flandes y Bruselas. Sus tres plantas exponen algunos de los grandes recuerdos del ciclismo belga y mundial, en forma de bicicletas, maillots, carteles y mil y un objeto que hacen la delicia de cualquier aficionado, aunque personalmente me quedo con la segunda planta, con una increíble colección de libros, revistas y otras publicaciones a las que se puede acceder fácilmente, aunque es una pena –para mí claro- que la mayor parte estén en flamenco. Una razón más para visitar Flandes si te gusta el ciclismo.
Con el mítico Freddy Maertens, presente en el acto de inauguración 
Pude incluso hacerme una foto con Freddy Maertens, recordman de triunfos parciales en una Vuelta a España, con trece en la misma edición, también de esta región –igual que otros dos campeones del mundo como Benoni Beheyt o Patrick Sercu o el primer ganador belga del Tour, Odile Defraye-  y haber protagonizado una época irrepetible para el ciclismo belga.
La tragedia de Monsere no terminaba ahí: unos años más tarde, fallecía atropellado su hijo cuando también montaba en bicicleta con una réplica del maillot arco iris de su padre que le habían regalado por su primera comunión.