Este fin de semana
–con un final extraordinario en lunes por no poderse competir el viernes- se
celebran los Campeonatos de España de carretera para juniors y masters, dos categorías que no tienen ninguna
relación entre sí, pero cuyos Campeonatos ya llevan varios años compartiendo
fechas en el calendario. De hecho, puede propiciar equivocaciones tan
simpáticas como la que viví en Murcia cuando un master de los de toda la vida se alarmó, casi se indignó, al ver a
Indurain –“Y este, ¿a qué ha venido?”-, pensando que le iba a tener como
rival cuando el bueno de Miguel solamente se había desplazado para ver correr a
su primogénito.
Todos los campeones contrarreloj en la pasada edición. Foto: RFEC |
Tras una primera
década de siglo XXI en la que hubo bastantes fórmulas y agrupaciones -con hasta
cinco eventos para las distintas categorías en carretera en 2008-, en 2009 se produjo la agrupación de veteranos
y juveniles, en los Nacionales de Mieres y Pola de Lena, a finales de julio,
fechas que se mantuvieron en 2010, en Segovia y La Granja.
En 2011 se
retrasaron, ubicándose desde entonces entre
la última semana de agosto y la primera decena de septiembre, aunque para esta
ocasión ha habido un sensible adelanto hasta mediados de mes. Más
destacable fue el hecho de que tanto en
2015 como en 2017 se desgajaron las pruebas de masters de las de juniors,
yéndose los veteranos a la segunda quincena de septiembre, el primer año en
Puerto Lumbreras, el segundo en Colindres, donde, por cierto, se planteó que la
separación fuese definitiva con una propuesta para los ‘mayores’ que, por lo
que vemos, no llegó a buen puerto.
Por mucho que tenga
unos orígenes históricos, desde el punto
de vista deportivo no hay ninguna razón en la coincidencia salvo la ventaja
organizativa. También hay que reconocer que hay bastantes restricciones y problemas para encontrar una época idónea
en el calendario para los juniors. La fórmula aplicada en los últimos años
del siglo pasado de concentrar en una misma fecha –con epicentro en la obligada
de finales de junio para los ‘pros’- tuvo bastantes, y lógicos, detractores por
la cercanía de las pruebas de acceso a la Universidad –llámense PAU, EBAU,
selectividad o como quieran denominarla los políticos aburridos-. El verano nunca es fácil desde el punto de
vista logístico por la ocupación hotelera, especialmente en agosto y en zonas
de costa, y es algo que se está evidenciado en este Nacional, mientras que septiembre puede ser demasiado tarde de
cara al Mundial, y dejar a un ganador sin esta selección no es muy lógico, aunque
ya haya pasado: Jaime Castrillo, ganador en Mazarrón, se quedó sin ir a
Ponferrada’14 por estar ya cerrada la inscripción UCI cuando ganó la prueba.
Juan Carlos Fernández, el Puma, ganador junior en 2002 y master 30 el año pasado. Foto: Nielfa |
Pero no vamos a dejar
a los juniors sin Campeonato de España y puestos a buscar soluciones, quizá la más interesante sería integrarlos en
otro evento que, como veíamos hace unas semanas, también necesita una profunda redefinición, el Nacional Escolar. Para las Federaciones, supondría un ahorro económico importante
concentrar en un solo escenario y unas fechas apropiadas –entre 10 y 20 de
julio- a infantiles, cadetes y juniors, mientras que el organizador ya
tendría la infraestructura y solo debería “alargar” los recorridos. Y el
problema de titularidad –en teoría es un evento del CSD, aunque en la práctica
son clubes y federaciones ciclistas los que lo sacan adelante- podría solucionarse con diálogo, buena
voluntad y una mayor profundidad de miras a la que no nos tiene acostumbrado,
desgraciadamente, el ciclismo español.
¿Y los masters? Con
un poco de originalidad, que también se echa en falta en nuestro deporte,
también podrían articularse mil y una
fórmulas para dar a esta categoría lo que necesita y que no es precisamente equipararlo
al ciclismo de alta competición o al de formación, pero ya las
desgranaremos otro día.
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