miércoles, 31 de enero de 2018

El Mundial de ciclocross llega a su sexagésimo novena edición: cifras y curiosidades

Valkenburg, una localidad con una gran tradición en el ciclismo en carretera -final de la Amstel Gold Race y sede del Mundial en 1938, 1948, 1979, 1998 y 2012- se estrena este fin de semana con su primer Campeonato del Mundo de ciclocross, el sexagésimo noveno de la historia, si bien en 1949 existió un Criterium Internacional catalogado oficiosamente como Mundial.


Por este motivo, he actualizado el post que escribí en 2015, basado en la magnífica serie ‘Arcoiris en el barro’, de Max Bulla en Biciciclismo, que me sirvió como base de esta recopilación estadística de los Mundiales.

Un total de trece países han acogido alguna vez este evento, todos en Europa salvo Louisville (Estados Unidos) en aquella concentrada edición de 2013. Bélgica encabeza la relación con 9 ediciones, seguida de Francia (8), Suiza, Países Bajos, Alemania y España (7), Italia (6), Luxemburgo y Chequia (5), Gran Bretaña (3), Dinamarca, Eslovaquia y Estados Unidos (1). Nos falta un país, Saarbrucken, que cuando acogió su Mundial en 1955, era territorio independiente, aunque ahora pertenezca a Alemania.

Como sedes, Tabor, Luxemburgo y Zolder han vivido tres Campeonatos, mientras que han organizado más de un Mundial Pontchateau (Francia), Ginebra (Suiza), Koksijde (Bélgica), Hannover y Sankt Wendel (Alemania), Hoogerheide (Países Bajos) y Tolosa, en nuestro país.

Siete Mundiales se han disputado en España, todos ellos en Euskadi -las localidades guipuzcoanas de Oñate, Beasain y Tolosa y las vizcaínas de Amorebieta y Getxo- y Navarra, en Bera de Bidasoa. Una cifra muy similar a la de las grandes potencias, si bien hay que remontarse a 1990 para encontrar la última edición disputada en nuestro territorio. ¿Alguien se anima a recuperar la tradición? También Suiza lleva desde hace mucho tiempo, concretamente desde 1988, sin Mundial, si bien lo tendrá en Dubendorf 2020.

A pesar de que hoy en día se asocia de forma indisoluble ciclocross y Bélgica, no fue hasta la decimoséptima edición, celebrada en Beasain, cuando se produjo el primer triunfo belga, precisamente con el hombre que tiene el record mundial de victorias, Eric De Vlaeminck, con 7. Bélgica es el país con más ‘arco iris’, un total de 29, a los que une 21 platas y 18 bronces.

Ese número es justo el doble de medallas que Francia, la segunda selección en el medallero (68 a 34), la nación que dominó en las primeras ediciones, con nueve triunfos consecutivos, aunque el décimo (y último) no llegó hasta 1993 con Dominique Arnould.

Suiza (siete), Alemania, Italia y Países Bajos (seis) y Chequia (cuatro) son el resto de países que han tenido alguna vez un ‘arco iris’ en la máxima categoría, mientras que Estados Unidos, Dinamarca y Luxemburgo son los que han logrado alguna de las otras medallas en juego. En cuanto a España, la mejor posición jamás lograda fue un cuarto puesto de Antón Barrutia en 1960, así como tres quintas plazas, la última en 1972.

Y solamente Bélgica (1971, 2002, 2003, 2004, 2005 y 2012) y Francia (1950, 1951 y 1953) han sido las naciones capaces de hacer un triplete en este evento

Siete títulos para De Vlaeminck

En cuanto a los grandes triunfadores, tras Eric De Vlaeminck –el ganador más joven, además, con 20 años-, encontramos a tres pentacampeones, el francés André Dufraisse, el italiano Renato Longo y el suizo Albert Zweifel, un tetraganador, el belga Roland Liboton, así como a cinco tricampeones, el frances Roger Rondeaux, los belgas Mario De Clercq y Edwin Vervecken, el checo Zdenel Stybar y el alemán Rolf Wolfshohl, el hombre que más veces ha subido al podio, en doce ocasiones (cinco veces plata y cuatro bronce). A ellos puede unirse este año el belga Wout Van Aert, ganador de las dos ultimas ediciones, del que dicen que se despedirá en breve del barro para centrarse en el asfalto. Sven Nys, el más grande de todos los tiempos, solamente tiene dos ‘arco iris’, en 2005 y 2013, aunque subió otras siete veces al podio.

En el mencionado artículo se sostenía la diferencia, incluso la oposición, entre ciclocross y carretera, pero muchos ‘arco iris’ en invernales han brillado en el resto del año. Desde el primer ganador, Jean Robic, ganador del Tour de Francia, hasta el campeón olímpico Pascal Richard, pasando por los grandes clasicómanos Roger De Vlaeminck y Adrie Van der Poel, el ganador de la Vuelta Rolf Wolfshohl o el esprinter Klaus Peter Thaler, que también destacó en la ronda española.

Por no hablar del neerlandés Mathieu Van der Poel, campeón del mundo junior de carretera y ciclocross, que saltaba antes de acabar su periplo por edad a la máxima categoría en la que se estrenaba con el título absoluto en 2015. En este sentido fue más precoz que su padre, Adrie, que fue cinco veces subcampeón antes de conseguir el arco iris.

Radomir Simunek, Richard Groenendaal, Lars Boom y Niels Albert son otros de los ciclocrosistas que, como Van der Poel, lograron el título juvenil y posteriormente el élite. Algo que no dudamos hará en el futuro la nueva sensación, el británico Thomas Pidcock, que también sabe lo que es ganar un Mundial en las dos disciplinas, en este caso contrarreloj, en el mismo año.

El oro de Vijandi

Siguiendo con los Mundiales juniors, decir que comenzaron a disputarse en 1979 y ese año se consiguió la única medalla de oro del ciclocross español en cualquiera de las categorías oficiales, con el mítico Iñaki Vijandi, del que por cierto no he encontrado ninguna foto en dicho evento, ni siquiera con el 'arco iris'. Otras dos platas han sumado nuestros juveniles, a cargo de Jokin Mujika (1980) y Gaizka Lejarreta (1996).

En el medallero de esta categoría dominan los Países Bajos, con nueve ‘arco iris’, por delante de Chequia/Checoslovaquia, con ocho, Bélgica y Suiza, con seis, habiéndose estrenado también Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Estados Unidos, Dinamarca y, claro está, España. Por cierto, británicos -el año pasado- y belgas, en 2014, han sido los únicos que han copado el podio.

Terminamos el repaso de las pruebas masculinas con la categoría de plata, amateurs (1967 a 1993) y sub23 (desde 1996), en la que también encontramos algunos ganadores que luego lo serían en la máxima categoría como Roger De Vlaeminck, Thaler, Mike Kluge, Danielle Pontoni, Nys, Bart Wellens, Stybar, Boom, Albert y Van Aert. Y solamente en el 2002 encontramos un podio copado por corredores de la misma nación, claro está, Bélgica.

Y aquí encontramos otras dos medallas españolas, ambas de plata, a cargo de José Mari Basualdo en 1970, y la que aún retenemos en nuestras retinas, la del año pasado de Felipe Orts.

En cuanto al campeonato femenino, que se disputa desde 2000, vemos a dos nombres por encima de todo, la heptacampeona neerlandesa Marianne Vos y la cuatro veces triunfadora, la alemana Hanka Kupfernagel. Las dos coinciden en el número de presencias en el podio, hasta en diez ocasiones. Por detrás, a muy larga distancia, la francesa Lawrence Leboucher es la única que ha subido un par de veces a lo más alto del podio. Aparte de Países Bajos, Alemania y Francia, solamente Bélgica sabe lo que es llevarse el oro, en una categoría en la que siempre han estado muy repartidas las naciones en el podio.

A diferencia de los hombres, ambas han reinado –y de que forma en el caso de la primera- en carretera y ciclocross, lo mismo que la francesa Pauline Ferrand-Prevot, que ha conseguido el ‘arco iris’ no sólo en estas dos disciplinas, sino también en BTT.

La quinta y última categoría del programa mundialista es la de féminas sub23, que engloba también a las juniors y que se incorporó en 2016. Por lo tanto, en Valkemburg viviremos la tercera edición.


lunes, 29 de enero de 2018

Cuatro minutos con #GoTorresGoMora

Albert Torres y Sebastián Mora son las grandes referencias del ciclismo en pista en España. A falta de apenas un mes para el Mundial de Apeldoorn, he querido hacer este pequeño repaso de lo que ha sido su trayectoria, así como su futuro inmediato, en la cita con el arco iris, y a medio plazo, en ese reto de los Juegos Olímpicos de Tokio. Todo ello bajo ese interesante proyecto #GoTorresGoMora, en apenas cuatro minutos.

lunes, 22 de enero de 2018

La realidad de la pista en España (II): la persecución y el fondo masculinos

Los malos augurios que se cernían sobre la persecución por equipos masculina española se han confirmado este fin de semana en la quinta y última manga de la Copa del Mundo de pista celebrada en Minsk (Bielorrusia). Y es que, a falta de la confirmación UCI pero siguiendo el cálculo realizado por un experto como Didac Navarro -ex seleccionador y preparador de varios pistards-, España no ha logrado su clasificación para el Mundial de Apeldoorn (Países Bajos): ahora mismo ocupa la decimocuarta plaza y solo clasifican doce países. Y aunque se da por segura la renuncia australiana… la cuarteta española seguiría fuera salvo milagro o inesperada decisión del máximo organismo ciclista mundial. Y sería la primera vez que pasase desde que tengo recuerdos ‘pisteros’, con la única excepción de Los Ángeles 2005, aunque la ausencia en aquella cita se debió a una injustificable negligencia administrativa, ni técnica ni deportiva.

Como recordábamos el viernes en la primera parte de esta serie, dedicada a la velocidad, la pista española vivió también en el fondo un momento mágico a principios de siglo, que se plasmó en los bronces mundialista y olímpico de 2004, con aquel histórico equipo con Sergi Escobar, Carlos Castaño, Asier Maeztu y Carles Torrent, con Guillermo Ferrer como quinto hombre. Pero a diferencia de las pruebas cortas donde no se plasmó el relevo, en los siguientes años se mantuvo un nivel aceptable, cercano a los podios, y con la entrada de una nueva generación con plenas garantías.

De hecho, en el Mundial de Melbourne 2012 se establecía un record nacional de 4:01.717 que nos llevaba a la quinta plaza, y unos meses más tarde, en los JJ.OO de Londres, se mejoraba la plusmarca, bajando de los cuatro minutos (3:59.520). Sebastián Mora, David Muntaner, Eloy Teruel y Albert Torres, con Pablo Ator Bernal como quinto integrante, componían aquella cuarteta olímpica cuya plusmarca aún no ha sido superada.

Incluso en Minsk 2013, un Mundial marcado por la precaria situación económica federativa pero con ese marchamo que tienen los años post-olímpicos, se lograba el mejor resultado desde Atenas, la cuarta posición -con Unai Elorriaga junto a Teruel, Maeztu y Mora-, para bajar apenas un puesto en Cali 2014, con los mismos hombres que habían establecido el record nacional dos años antes.

El declive

Desde ese momento el declive ha sido pronunciado y, hasta el momento, irreversible: en París 2015, con todas las selecciones ya lanzadas en la carrera de clasificación olímpica, un leve empeoramiento en los tiempos (4:02.488) se plasmaba en una sensible pérdida de posiciones, concretamente a la décima plaza, y sobre todo en ‘estatus’, ya que desde 1999 siempre se había estado en ‘diploma’. En Londres 2016, decimoterceros (4:09.909), aunque sin ninguno de los que habían establecido el record nacional en ese mismo escenario, repitiendo puesto, aunque con una marca sensiblemente mejor (4:03.424), en Hong Kong 2017, donde se recuperaba a Mora, Teruel y Torres, junto a Vicente García de Mateos.

Y ya en la presente temporada pasamos de la duodécima plaza del Europeo (4:09.542), a la undécima de Pruszkov (4:06.390), la duodécima de Manchester (4:06.974), la séptima de Milton, con bastante menos participación y un tiempo peor (4:10.667), y a la duodécima de este fin de semana, con un registro levemente mejor del obtenido por la selección autonómica balear en los Nacionales, el pasado mes de octubre (4:12.321).

En la primera parte de esta campaña formaron parte de la cuarteta los dos mejores ‘pistards’ de la actualidad, Mora y Torres, por mucho que sus objetivos sean las pruebas de fondo, mientras que Teruel se ha incorporado en las últimas, junto a dos de los mejores persecucionistas nacionales, Illart Zuazubiskar -además de uno de los pocos ‘profesionales’ de esta disciplina que hay en España- y García de Mateos, completando los equipos otros dos corredores que no son especialistas natos para los 4.000, pero cuya clase como fondistas y experiencia es innegable, Julio Alberto Amores y Xavi Cañellas.

Además, hay que recordar que a principios de temporada -el pasado mes de septiembre- se realizó un ‘campus’ de selección en el velódromo de Galapagar con todos aquellos fondistas que deseasen estar en el grupo que determinó los ciclistas que participarían en estas citas. Y fueron estos corredores los elegidos, cronometro en mano. Hoy por hoy, son la realidad del ciclismo en pista en España y no hay otros nombres… aunque se pudieran intentar buscar con soluciones que implicaran un mayor compromiso e imaginación. O pasar página y establecer otro esquema pensando en próximos ciclos olímpicos. Pero este no es el tema.

Muchas naciones por delante

Independientemente de que, con trabajo, mucho trabajo -es decir, con dinero- se podrían mejorar sensiblemente los tiempos, hay muchas, demasiadas, naciones por delante: estamos hablando de que la mejor marca de los últimos tiempos ha sido un 4:03, que aún se quedaba a tres segundos del ‘corte’ de los ocho mejores, una marca muy cercana al record nacional. Y es que no sólo las tradicionales Australia, Gran Bretaña, Nueva Zelanda y Dinamarca bajan holgadamente de esa barrera de los cuatro minutos, sino que países como Italia -admirable su trabajo y su hornada de pistards-ruteros-, Francia, Alemania, Rusia, Suiza o Bélgica también suelen hacerlo.

Por lo tanto, si no se ha clasificado para el Mundial, ¿podemos pensar de forma realista en que podamos estar en Tokio 2020? Como decíamos en la primera parte, aún no se conocen los criterios de clasificación, pero no deben ser muy diferentes a los de Río, cuando obtuvieron plaza solamente nueve naciones, con un tope máximo de seis europeas. La competencia es imposible.

Y si en los Campeonatos del Mundo persecución y fondo tienen una cierta independencia, lo cual nos permite que las sobresalientes actuaciones de Mora y Torres nos sirvan para compensar el balance global, de cara a los próximos Juegos Olímpicos la vinculación será mucho mayor, ya que buena parte de las plazas tanto de omnium como de madison se determinaran en base a la clasificación de la persecución por equipos, aunque todavía quedaría un número bastante alto que debería establecerse directamente por el ranking en estas pruebas.

Es de suponer que tanto el menorquín en el omnium como ambos en la madison no tengan problemas para clasificarse por sus pruebas si no sufren ningún contratiempo que afecte a sus prestaciones… pero sin el colchón de la tranquilidad de saber que también podrían entrar vía persecución por equipos. 

Fotos: RomanMendoza para RFEC

viernes, 19 de enero de 2018

La realidad de la pista en España (I): la velocidad masculina

El velódromo de Minsk (Bielorrusia) acoge este fin de semana la quinta y última manga de la Copa del Mundo de pista, una prueba en la que no están presentes los velocistas españoles, salvo Juan Peralta, ya que tanto el trío masculino como el dúo femenino ya están virtualmente clasificados para el Mundial de Apeldoorn (Países Bajos), el próximo mes de febrero.

Esta clasificación de nuestro equipo masculino debe ser convenientemente matizada para ser entendida: a diferencia de las selecciones más potentes, que no necesitan ser selectivas para clasificar y que pueden permitirse llevar equipos B, incluso C, en determinadas mangas para ir trabajando de cara al futuro, la española hizo una inteligente apuesta, aunque con su correspondiente coste económico más elevado: buscar la clasificación en las mangas americanas -en Milton y Santiago de Chile- con una menor competencia. Y ello conllevaba la renuncia a Minsk, siendo sustituida por una concentración que ahora mismo se lleva a cabo en el Palma Arena.

De esta forma, tras el decimoquinto puesto de Pruszkow y el decimotercero de Manchester, las sextas plazas logradas en las dos citas de la Copa del Mundo en el Nuevo Continente supusieron dar ese paso decisivo para entrar en un Mundial donde la clasificación no es fácil, aunque tampoco agónica: en Apeldoorn solo estarán entre 16 y 18 naciones, las doce mejores del Mundo, las campeonas continentales y la mundial.

Estar presentes en la cita con el arco iris es ya un objetivo más que suficiente a día de hoy para el trío de la antiguamente llamada velocidad olímpica, ya que la realidad de nuestros velódromos es poco halagüeña y queda muy lejos de los tiempos dorados, con José Manuel Moreno, José Antonio Escuredo, José Antonio Villanueva y el propio Salvador Meliá, cuando a principios de siglo era habitual la presencia en los podios de las grandes citas.

Con los dedos de una mano

Y es que en España apenas hay velocistas de alto nivel y lo que es más triste, no se vislumbra ningún relevo en categorías inferiores, a tenor de lo visto tanto en competición nacional como internacional. Los especialistas pueden contarse, literalmente, con los dedos de una mano: Peralta, Pepe Moreno y Alejandro Martínez forman un trío que solo tiene un recambio en la persona de Jaime Vega, aunque todavía no haya debutado con la selección en una Copa del Mundo o un  Mundial. En cuanto al ‘quinto dedo’ es muy de agradecer la colaboración puntual de un Itmar Esteban cuya presencia esporádica es solamente fruto de su amor por la pista, ya que su destino profesional no va ya por este camino.

El Mundial de Londres 2016 (45.013, 13º) supuso un punto y aparte en el equipo nacional. En el actual ciclo olímpico, la entrada del prometedor velocista Alejandro Martínez como primer relevo, pasando Pepe Moreno a la última vuelta, en lugar de Sergio Aliaga se notó, ya que en Hong Kong 2017 se subió a la décima plaza, con 44:695. Pero este año los tiempos no han mejorado: 44.976 en el Europeo de Berlín, 44.942 en Polonia y 44.843 en Manchester para no bajar de los 45 en las dos mangas de Milton. En cuanto a los registros de 44.381 y 44.319 de Santiago, no pueden considerarse como una mejora, ya que estamos hablando de un velódromo en altitud.

Es cierto que Martínez no está teniendo su mejor año y que puede y debe mejorar en varias décimas sus marcas personales: en 2017-18 ningún momento ha bajado del 18.1 que hizo el año pasado en Hong-Kong, siendo los 18.217 de Santiago su mejor arrancada. Moreno sigue pasito a pasito, mientras que el margen de progresión de Peralta está más limitado…. y orientado hacia otras disciplinas, como veremos a continuación.

Por lo tanto, esa barrera mágica de los ocho primeros -la que da derecho a las becas ADO y a una tranquilidad tanto financiera como deportiva- parece infranqueable hoy por hoy para la velocidad española. Y a falta de conocer los criterios olímpicos -seguramente en los meses posteriores al Mundial-, la presencia en Tokio 2020 está prácticamente descartada. No es ser agoreros, es comprender la realidad de lo limitada que está hoy en día la presencia olímpica en pista: en Río solamente hubo nueve tríos, con una máxima presencia europea de cinco selecciones.

Peralta, Escuredo y el keirin

Teníamos pendiente a Peralta. El navarro podría estar en la cita olímpica a través de la velocidad individual, ya que la clasificación de una plaza en esta prueba parece factible si se mantienen los mismos criterios de 2016, aunque en esta plaza también podría entrar un Moreno cuyos registros en los 200 van acercándose cada vez más al de Figarol: los dos ‘clavaron’ 9.958 en Chile. Y por supuesto Martínez, si ‘progresa adecuadamente’, aunque esto es una mera elucubración, ya que el alicantino no ha competido aún al más alto nivel en esta especialidad.

Peralta, pues, ha cambiado el chip y ha puesto su mirada en el keirin, una disciplina que ya afrontó en sus primeros Juegos, en Londres 2012, aunque sin ninguna trascendencia. Entrenado y, sobre todo aconsejado por un Escuredo que llevó esa misma progresión con notables resultados -doble subcampeón del mundo y subcampeón olímpico-, la nueva mentalidad del navarro ya se ha dejado notar tanto en Manchester, con la medalla de bronce, como en Santiago, donde fue relegado de la tercera a la sexta plaza por una irregularidad en el sprint. Y es que en keirin no siempre gana el mejor, como siempre ha dicho ‘Escu’, pero el que gana, aparte de no ser un ‘cojo’ puede verse favorecido por la suerte que no es nada determinante en el resto de disciplinas de velocidad, cronometradas.

Mientras que nos aferramos a estas escasas realidades, soñemos con que de cara a París 2024 e incluso a Los Ángeles 2028 el panorama del ciclismo en pista español sea bastante más optimista: y aunque parecen dos citas muy lejanas, sería necesario sentar las bases desde ya.

Foto 1. This file is licensed under the Creative Commons Attribution-Share Alike 4.0 International license.
Foto 2. RFEC
Foto 3: RFEC / roman_mendoza

lunes, 15 de enero de 2018

Tres minutos con José Manuel Moreno: presente y futuro del campeón olímpico

Después de muchos años sin coincidir en un velódromo, fue una agradable sorpresa ver a José Manuel Moreno en el Gran Premio Ayuntamiento de Galapagar.

Por ello no me pude resistir en charlar un buen rato con el campeón olímpico del kilómetro en Barcelona 92 y conocer su presente y, sobre todo, su futuro, con ese regreso a la competición, resumidos en estos tres minutos (escasos).


Así viví el Campeonato de España de omnium masculino en Galapagar

El velódromo de Galapagar me dio este fin de semana la oportunidad de vivir, por primera vez en vivo, un omnium con el nuevo formato. Y hasta cierto punto la ausencia de Albert Torres nos permitió ver la lucha y las distintas estrategias de los mejores especialistas nacionales, sin que la indudable clase del menorquín hubiera bloqueado la prueba.

Julio Alberto Amores (Comunidad Valenciana), un corredor al que siempre he admirado por su desparpajo en carrera, se hacía con el triunfo con 157 puntos, por delante de Eloy Teruel (Murcia), con un curioso comportamiento la parte final del omnium, que sumaba 139, de Illart Zuazubiskar (Eustrak), con 120, y de Enrique Sanz (Euskadi Murias), con 116.

Todo comenzaba con un scratch en el que Sanz se imponía con un potente sprint a Zuazubiskar y al sorprendente madrileño Javier Carrasco, aunque éste me reconocía que pronto desaparecería de la lucha, como así fue. Como ya conocemos, esta prueba es fundamental para empezar a ganar el omnium y los otros favoritos lo sabían: Amores era cuarto y Teruel, sexto.

Por el contrario, me sorprendió la ‘tempo race’: era bastante más sencilla de ‘spekear’ de lo que pensaba, al tener sólo que anunciar al ganador de cada sprint. Pero si la carrera se rompía y algún corredor se quedaba en ese ‘limbo’ de ganar o no vuelta, determinar la cabeza cambiaba pero que mucho el panorama: y así pasó en Galapagar, aunque dando vueltas perdidas. Por lo demás, Zuazubiskar, con siete sprints, y Sanz, con cinco, volvían a ser protagonistas, empatando a 78 puntos al frente de la general, en la que ya comenzaban a situarse también el alicantino y el murciano.

La eliminación es la prueba en la que no ganas, pero sí puedes perder el omnium. Por ello lo normal es ahorrar esfuerzos, no gastar fuerzas innecesariamente yendo mucho tiempo en cabeza, pero al tiempo no correr demasiados riesgos por estar atrás. Toda esta teoría le dio lo mismo a un Teruel que quiso probarse de cara a la Copa del Mundo de Minsk, por lo que rodó todo el tiempo escapado, sin ningún sentido en una interpretación lógica de la prueba, pero que le sirvió para ganarla… y para demostrar su buen momento de cara a Bielorrusia. Noel Martín, aunque reconocía estar aún muy corto de forma, era segundo y ‘Zuazu’, tercero. De tal forma que parecía estar entre éste y Sanz, separados por seis puntos, el triunfo final… sin olvidarse de Teruel, a 14-. Desde el punto de vista informativo, que las eliminaciones sean cada dos vueltas -como marca el reglamento UCI- en vez de una -lo que se aplica a las categorías inferiores para no extenderse demasiado-, nos hizo vivir una competición radicalmente diferente.

¿Y Amores? La décima plaza en la eliminación le había relegado a la sexta posición en la general provisional a falta de la puntuación. Es decir, descartado entre los que se vigilan y, por ello, candidato a poder dar una sorpresa: y eso fue lo que hizo de salida el valiente y desenfadado alicantino, futuro angloparlante aunque le de más miedo la gramática que los peraltes.

Cogiendo vuelta casi de salida y con los puntos ganados se afianzaba en la primera plaza, que luego consolidaría con un segundo ‘bonus’. Sanz y Zuazubiskar se marcaban demasiado y cuando se dieron cuenta no sólo se les había ido el omnium, sino la segunda plaza y en el caso del navarro, la presencia en el podio. Y es que Teruel volvió a ‘escaparse’, aunque esta vez con un fin distinto: sumar el mayor número posible de puntos en los intermedios e intentar rematar con un ‘veinte’ en la parte final. Todo ello le salió lo suficientemente bien para llevarse la plata, pero incluso habiendo ganado el último sprint no hubiera podido desbancar a Amores.

Séptimo -y campeón 'espoir'- quedaba Unai Iribar, en sus primeras semanas como corredor sub23, que tuvo un comportamiento más que aceptable -estamos ante otro ciclista que ama la pista aunque su indudable clase le hará brillar en la carretera, de hecho le veremos la próxima semana en Mallorca- en las primeras pruebas y podría haber quedado incluso más arriba de no haber sido por un percance en la puntuación. 

Clasificaciones completas del omnium


PD: Me ha sido imposible hacer el mismo análisis con las féminas, por lo que os lo debo para un próximo evento.

jueves, 11 de enero de 2018

Los campeones más destacados y más curiosos del ciclocross español

Aunque Javier Ruiz de Larrinaga y Aida Nuño pueden alcanzar este domingo en Legazpi la cifra mágica de seis títulos, igualando en el primer caso a José Luis Talamillo (1958, 59, 69, 62, 63 y 65) y a David Seco (2000 a 2004 y 2006), y a Rocío Gamonal -con matices-, en el segundo, hay otros ciclopedestristas más o menos conocidos que tienen más ‘rojigualdos’ en su poder. Vamos a conocer algunos de los hombres y mujeres que han hecho historia en los Campeonatos de España de ciclocross, que comenzaron a disputarse en 1929, aunque su estructura actual comenzó a gestarse a finales de los noventa y principio de siglo XXI.

Ni Talamillo ni Seco consiguieron títulos en las categorías inferiores, ni en las de veteranos, algo obvio en el caso del primer que falleció atropellado cuando aún estaba en activo, en 1965. Del burgalés también ignoramos si subió al podio en otras ediciones, ya que no figura en el palmarés oficial; por el contrario, el vizcaíno fue cuatro veces subcampeón (1996, 1997, 1999 y 2005), así como tercero en 1998.

Por su parte ‘Larri’ tampoco triunfó en categorías inferiores y, como Seco, ha estado también en el podio élite, en este caso en cuatro ediciones: plata en 2015 y bronce en 2008, 2013 y 2017.

Más títulos que todos ellos -ocho- tiene el valenciano Francisco Pla. Tres como aficionado, categoría que existió hasta 1993 y que fue sustituida por la de sub23, aunque no son equipabales, en 1989, 1990 y 1993, y otros tres como élite (1996, 1998 y 1999), a los que suma otros dos más recientes, en 2014 como master 40B, y en 2017 como 50B, ambos delante de sus paisanos.

No le supera en cantidad, Jokin Mujika aunque sí en ‘permanencia’: el guipuzcoano ganó su primer título como juvenil en 1990, año en que fue subcampeón del mundo, sumó tres más como profesional (1993, 1994 y 1996) y puso la guinda -de momento, ya que sigue compitiendo- en el Nacional master 50B de Valencia.

Pasando a los masters, el más galardonado es el tristemente desaparecido Miguel Angel Gavilán, campeón master 60 cinco años consecutivos (2008 a 2012), así como en 2014 y 2015 cuando se subdividió la categoría, como 60B.

Curiosos son también los casos de los asturianos Miguel Angel Taboada y Marco Antonio Prieto. El primero, campeón de España en las categorías de master 30, 40 y 50; el segundo, con títulos en 30 y 40 -tres veces-, y presente en cuatro de los cinco triunfos de Asturias en el ‘team relay’.

No obstante, el rey de los master 40 es el vasco Xabier Mendiaraz, que tras rozar sin éxito el título en cuatro ocasiones cuando era master 30, en la siguiente categoría tiene la friolera de cinco triunfos y cuatro subcampeonatos. Promocionado ya a 50, es uno de los principales aspirantes al triunfo este sábado en Legazpi.

La compatibilidad entre carretera y ciclocross no es, desgraciadamente muy común en las principales categorías, excepción hecha del mencionado Mujika -que fue campeón de España en sus mejores años como ‘carretero’- y de algún otro como el mítico Julián Barrendero, Como campeones en categorías inferiores no es extraño encontrar nombres que luego triunfaron en el asfalto, como Pepe Recio, Fede Etxabe, Igor Astarloa, Iban Mayo -como juniors-, Gorka Izagirre y el llorado Victor Cabedo -en cadetes-, con el caso de Oscar Pereiro, doble campeón suyb23 como el más destacado. Más frecuente es ver a antiguos pros compitiendo como veteranos para matar el ‘gusanillo’: Ignacio Fandos, José Julián Balaguer, José Luis Rebollo, Jesús Ignacio Ibáñez Loyo o Arsenio González son claros ejemplos.

Por el contrario, entre BTT y ciclocross está siendo mayor en estos últimos años. Aparte de José Antonio Hermida, debemos destacar a David Lozano, que aunque ahora está centrado en la carretera, en su época biker fue campeón durante los cuatro años que militó como sub23 (2007 a 2010) tras haber ganado el título junior un año antes. Rubén Ruzafa, Guillermo de Portugal o Julián Adrada son otros ejemplos.  

La indiscutible reina de los Nacionales es Rocío Gamonal, con diez maillots. Como decíamos, fue campeona en seis ocasiones (2000, 2001, 2007, 2009, 2010 y 2015). Y aunque el segundo se considera como sub23 al haberse establecido podios separados, realmente fue la primera ciclista en atravesar la meta. A ello le suma cinco platas y dos bronces, así como cuatro oros más como integrante del relevo asturiano.

Muy cerca de ella, con nueve entorchados, está Lucía González, que junto a su hermana Alicia, es la única que los ha conseguido en todas las categorías femeninas: campeona absoluta en 2013, los cuatro de la categoría sub23 (2009 a 2012), los dos de junior (2007 y 2008), el de cadete en 2006, y el de relevos en 2011.
 
En cuanto a la menor de las González, la gran ausente en Legazpi, los sumó en 2010 y 2011 (cadete), 2013 (junior), 2014 y 2016 (sub23), así como en 2017, cuando lograba el título absoluto, siendo, por ende, la mejor sub23. En relevos, su mejor resultado es la plata obtenida en Torrelavega hace dos años.

En el caso de las féminas, es más común la compatibilidad con la carretera -por ejemplo Rosa Bravo o las mencionadas hermanas González-, el BTT -el mejor ejemplo, el de Gamonal- e incluso con la pista: la olímpica Tania Calvo fue campeona de España cadete en 2008 y junior en 2010.

No son infrecuentes los casos de padres e hijos que han competido en esta disciplina, incluso en la misma edición. Sin embargo, sólo he encontrado tres en que hayan sido campeones. Uno de ellos es el de los Izagirre, con el padre, José Ramón, campeón de España profesional y dos amateur, y el hijo, Gorka, triunfador como cadete y en relevos. Por cierto Jon también fue medallista junior. Otro, el de los Irusta, ambos de nombre Alfredo: el padre, tres veces campeón absoluto (1966, 69 y 71); el hijo, otras tantas como junior, cuando la categoría no se ceñía a dos años como actualmente. Y finalmente, el de Desiree Duarte e Isabel Castro, campeonas en la misma edición, 2012: la hija como cadete; la madre como élite… aunque no lo pudieron celebrar juntas ya que Isabel recibía su premio meses después por descalificación de la vencedora.

martes, 9 de enero de 2018

75 horas para Legazpi: Aida y Lucía, tanto monta, monta tanto

De las cien horas que quedaban ayer, reducimos a 75 para ese inicio de los Campeonatos de España de ciclocross de Legazpi, este fin de semana. Y si en nuestra entrada anterior analizábamos junto a Enrique Vizcay, presidente del club organizador, Telleriarteko Txirrindulari Elkartea, las generalidades del evento y a los principales candidatos para la prueba reina masculina, hoy vamos a centrarnos en el resto de categorías, con los otros 16 títulos en juego, que podrían aumentar si hay suficientes representantes en féminas masters, algo ya habitual en disciplinas como el BTT aunque no en carretera ni, hasta ahora, en ciclocross.

Hora y media antes de los hombres (11:45) habrá comenzado la prueba femenina, desplazada al domingo por la mañana con el fin de que se pueda ofrecer en streaming. Una carrera que tiene a dos grandes favoritas entre las élite… y a dos grandes ausentes. En el grupo de las presentes, como máximas candidatas, Aida Nuño -que como ‘Larri’ también podría llegar a ser hexacampeona, tras los entorchados conseguidos en los lejanos 2002 y 2003 y los más recientes de 2011, 2014 y 2016- y Lucía González, campeona absoluta en 2011 después de haber obtenido cuatro entorchados sub23 y dos como junior. A día de hoy, difícil señalar a una de ellas como principal favorita.

“No sé como está Aida respecto a otros años -contesta Lucía cuando se le pregunta sobre su rival-. Pero yo sí que me encuentro mejor. He apostado un poco más por el ciclocross este año y creo que estoy siendo más regular y me noto mejor”. “Ha sido un año bastante distinto a los últimos, porque empecé bastante flojilla y me ha costado encontrar las buenas sensaciones. Sin embargo, estas dos últimas semanas he empezado a notarme fuerte”, añade Aida quien considera que “es cierto que Lucía ha dado un salto este año y está haciendo una gran temporada”, a la vez que no se mete presión para el domingo. “Todos los Campeonatos de España son especiales. Lo fueron el primero y el quinto, y seguro que lo sería también un sexto. Pero tampoco es algo que me obsesione. Creo que llego bien y trataremos de conseguir el título, después ya veremos lo que sale”.

Y respecto a las dos ausentes, lamentarnos porque no hace muchos años las considerábamos las grandes esperanzas del ciclocross español a nivel internacional y ambas han renunciado al barro por sus compromisos con otras disciplinas. Me estoy refiriendo a Rocío del Alba García, dedicada en exclusiva al BTT, y, sobre todo, a Alicia González, la actual campeona y que estuvo corriendo hasta el 31 de diciembre, pero que ahora se debe al Movistar de carretera, aunque en este caso confiamos en su regreso en años venideros. De hecho estará detrás de las cintas el próximo domingo animando a su hermana Lucía. “Claro que notaré su ausencia, dentro y fuera de la carrera. Aunque también creo que en un circuito como Legazpi el trabajo en equipo no va a existir porque es una carrera de barro, dura y donde el ir a rueda no te beneficia”.

Siguiendo con las chicas, habrá que fijarse en las categorías inferiores, todas ellas con claras favoritas: la gallega Irene Trabazo comienza a ratificar en sub23 lo bueno que había apuntado en categorías inferiores; la alavesa Luisa Ibarrola en junior, una ciclista que apunta alto en las disciplinas off-road, y finalmente la astur-madrileña María Parajón que aspira a completar un poker de lujo, ganando en sus dos campañas cadetes tanto el Nacional como la Copa de España. Esta prueba será independiente de las otras categorías, y será con la que se abra la competición dominical (9,30).

En la mañana del domingo (10:30) también tendremos a los juniors, en una categoría en la que, en principio, hay un favorito claro, el cántabro Gonzalo Inguanzo, que no ha notado el salto en su primera campaña en la categoría, ya que ha ganado la Copa de España imponiéndose en las cuatro pruebas. Un ciclista que esperemos no se ‘pierda’ en otras disciplinas, ya que ama el ciclocross como me reconocía después de haber obtenido el título cadete en Valencia. Como ‘outsider’, el gallego Carlos Canal que quizá piense en lo que le sucedió en el Nacional Escolar de BTT en Ávila, cuando sendas averías le privaron primero del título y luego del podio. Y detrás de él, como decía ‘El Guerra’, “naide”. Y es que sería una monumental sorpresa ver a otro corredor distinto en lo más alto del podio.

Enésima reedición del duelo Feijoo-Cullell

También dos ciclistas que promocionan deben ser los protagonistas del Campeonato sub23 -como cierre del sábado (15:45) y, por ello, en principio, sin imágenes-, como lo fueron el año pasado como juniors, y como lo serán en los próximos años tanto en BTT como, esperamos, en CX: Iván Feijoo y Jofre Cullell. Del gallego sabemos su especial motivación y estado de forma; del catalán, su apuesta por el mountain bike, que de momento compatibiliza con el ciclocross, en el que se ha prodigado menos, pero con notables resultados. De momento los recién llegados tienen la delantera respecto a algunos de los que fueron protagonistas hace algunos años y que por distintos motivos no han terminado de explotar, caso del vasco Jokin Alberdi o del asturiano Mario Junquera.

En cuanto a los cadetes (sábado, 12:00), por ser un tópico no deja de ser una realidad: es la categoría en la que más complicado resulta hacer pronósticos. Y aunque debemos fijarnos en aquellos que han brillado en Copa de España -sobre todo en el madrileño Rubén Sánchez, ganador de dos pruebas y la general-, también es cierto que ha pasado mucho tiempo desde entonces y que hay bastantes ciclistas ‘desconocidos’, comenzando por los ciclistas anfitriones vascos.

Tampoco me voy a pronunciar sobre los masters, ya que las referencias de la Copa de España solo nos permiten apuntar algunos nombres, como los asturianos José Luis Blanco o ‘Guti’ Navarro -hasta hace bien poco élite y ahora como 40 puede completar un año de ensueño si gana el nacional junto al Mundial y la Copa de España con pleno de triunfos-, el catalán Pere Joan Roig o el bilbaíno afincado en Madrid Borja Bergareche. Y es que en el circuito nacional solo hay cuatro maillots en juego y en el Nacional, el doble, por la subdivisión en grupos de cinco años. Y aunque la participación en estas categorías en las pruebas de la Copa fue masiva, incluso excesiva en algunas pruebas, hay muchos otros gallos que no estuvieron en estas citas y con los que hay que contar de cara a los ocho podios, a los veinticuatro medallistas.

Asturias, de nuevo favorita

Y terminando por el principio: los Campeonatos de España darán comienzo el viernes, a las cuatro de la tarde, con la prueba por relevos. Una fórmula tomada del BTT, que se instauró en Villarcayo 2008, y aunque no tenga equivalencia a nivel internacional, concita un gran interés.

A falta de oficializar la participación -lo que no sucederá hasta ese mismo día, cuando también se indica el orden de los participantes-, hay que destacar las ausencias de dos de las medallistas del año pasado, la Comunidad Valenciana, que ha preferido apostar por una mayor presencia en pruebas individuales, y la de Euskadi, que a última hora no ha podido completar el equipo. Por el contrario, regresa tras un año de ausencia Cataluña, con un equipo ‘biker’ que puede luchar por el podio, en el que se destacan el junior Cullell, la fémina Magna Durán y el élite Gerard Alvarez.

Sin embargo, la selección favorita vuelve a ser Asturias, ganadora en cinco ediciones (2009, 2010, 2011, 2013 y 2015), subcampeona en otras cuatro y solamente fuera del podio el año pasado, lo que supondrá un acicate para un sexteto que cuenta con Aida Nuño, ‘Guti’ o Junquera como principales bazas.

Galicia, la actual campeona no tiene un bloque tan fuerte como en 2017, ya que no presentará a Feijoo, aunque sí a Trabazo y a Canal, junto al élite Darío Otero y el sub23 Samuel González, por lo que es una firme candidata al podio, donde ya ha estado otras seis veces -tres para recoger la plata y otras tantas para el bronce-.

Entre las posibles ‘ousiders’ me gustaría señalar a Cantabria -triunfadora en 2016-, que presenta un bloque más que interesante con Suárez, Inguanzo y Sandra Trevilla, mientras que Madrid aspira a volver a un podio que no pisa desde 2011 con un equipo que aún no ha sido oficializado, pero que deben liderar los élites Carlos Hernández y Ruth Moll. 

lunes, 8 de enero de 2018

Legazpi, a cien horas vista: Todos contra Orts

Apenas cien horas quedan para que Legazpi vuelva a vestirse de gala, en esta ocasión para los Campeonatos de España de ciclocross, los terceros absolutos que se celebren en esta localidad guipuzcoana -tras los de 1988 y 1996-. No estuve en ninguno de los anteriores ni desgraciadamente estaré en estos, pero puedo dar buena fe de la labor de la Telleriarteko Txirrindulari Elkartea y de la afición legazpiarra por lo que visto en anteriores ediciones de la Santikutz Klasika que, aunque sea de carretera, tuve la suerte de compartir con ellos.

“¿Qué qué va a tener este Campeonato que no hayan tenido los anteriores? -repite mi pregunta Enrique Vizcay, el presidente del club organizador-. Un paisaje espectacular, con unas vistas impresionantes. Un recorrido de los de antes, que tiene de todo, subidas, bajadas, obstáculos, partes técnicas… Y para el público, aparte de poder vivir las carreras, tendremos un par de carpas para poderse tomar un pintxo, entre prueba y prueba”. Es decir, lo justamente necesario para divertirse con el ciclocross.

Todo ello en un recorrido de algo menos de 3.000 metros sobre el que se dilucidarán el título por relevos -en la tarde del viernes-, los de masters, cadetes y sub23 masculinos, en la doble sesión del sábado, y todos los femeninos , así como los juniors y élites masculinos, en la matinal del domingo.

El circuito ya fue testado con ocasión del VII Legazpiko Ziklokrossa el pasado 1 de noviembre, con victoria de Aitor Hernández, que recuerda que “corrimos en un circuito que estuvo rápido y seco, pero ahora va estar muy embarrado”. “Sería una sorpresa que no llueva -añade Vizcay-, ya que lleva un mes cayendo agua sin parar. Eso quiere decir que habrá zonas en las que se acumule el barro, como les suele gustar a los aficionados, pero no en todas, porque hay tramos que drenan muy bien”. “Seguro que tendremos tanto o más pateo que hoy, por lo que será sencillo que el ganador sea el más fuerte”, comentaba Javier Ruiz de Larrinaga tras la prueba celebrada ayer en Ormaiztegi.

Aparte del terreno, el otro gran cambio del circuito respecto a noviembre será “que se ha alargado un poco la salida, porque te encontrabas con una curva bastante cerrada muy pronto. De esta forma el grupo llegará más estirado y no habrá tanto tapón”, indica el presidente de la Telleriarteko Txirrindulari Elkartea.

Streaming el domingo, en principio

Y en cuanto a las novedades de este evento, la retransmisión en ‘streaming’ gracias a la apuesta de LaLiga4Sports por deportes diferentes al fútbol. A falta de confirmación oficial, y a diferencia de lo ocurrido en las pruebas de la reciente Copa de España, no se ofrecerán todas las categorías sino solamente las pruebas del domingo. Esa es la razón del traslado de las féminas, en un programa que, personalmente, pienso que necesita una profunda remodelación.

Como vimos en el circuito nacional -excepción hecha de ‘lo’ de Llodio- unas retransmisiones correctas pero demasiado estereotipadas, que distaron mucho de poder trasladar a la pantalla del ordenador o del móvil el ambiente que se vive en el ciclocross: como ya he comentado en varias ocasiones a quien me haya querido escuchar, se echa en falta un narrador que nos zambulla en la competición -y que podría y debería ser el mismo ‘speaker’ de la prueba, sobre todo si es un fenómeno como Juan Mari Guajardo-, así como uno o dos periodistas que, calzados con unas buenas botas de agua, salgan a entrevistar a los distintos protagonistas por todo el circuito y no se concentren en un set de televisión, que muchas veces parece más una sala de interrogatorios al bueno del seleccionador nacional.

“Una presión que no quiere nadie, pero es buena señal”

Las 13:15 del domingo 14 será la Hora H para los élites -es decir, algo más de la cien horas a las que antes aludía-, que pondrán el broche de oro al Campeonato de España, en una carrera que podría tener el lema de ‘todos contra Orts’. “En cualquier carrera que salga, Felipe es el favorito -reconoce Vizcay-, pero lo que deseable es que se viva una carrera bonita, igualada. Por ejemplo, a algunos nos gustaría que ganase ‘Larri’, por lo que significaría de ganar su sexto Campeonato e igualar a David Seco y a Talamillo. O ver en lo más alto a Aitor, que mejora año a año como el buen vino”.

“Pues creo que el favorito soy yo -comenta riendo el alicantino-, Está claro que es una presión que nadie quiere tener, pero llegar aquí con esa etiqueta es buena señal. Es un circuito que no se adapta a mi estilo de correr y sí al de rivales como Aitor, Larri o Isma. Como siempre saldré a ganar, pero la temporada está siendo muy buena y nada va a cambiar si no gano”. Recordemos que Orts se estrena en la categoría pero ya conoce lo que es llevar el rojigualdo, como junior en 2013 y como sub23 en 2016 y 2017.

‘Larri’ será -junto a Kevin Suárez- el único de los favoritos que corra el relevo en la tarde del viernes “con lo que podré obtener ahí una idea sobre cómo se va a quedar el circuito, dando una vuelta a tope, pero hasta que no pasen todas las categorías y ‘estropeen’ todavía más el circuito, no podremos saber cuán duro será el Nacional”. Sin hablar para nada de ese posible sexto título -tras los de 2009, 2010, 2011, 2014 y 2016-, sabe que esta es una carrera distinta. “Felipe ha vuelto a demostrar estar intratable y será muy difícil que nadie pueda aspirar a quitarle el título elite, aunque ya sabemos lo que es jugarse todo a una cita como un Campeonatos de España y mil cosas pueden suceder”.

Por su parte Aitor -campeón en 2013 y 2015- reconoce que “el circuito me gusta, es duro y he ganado allí bastantes ocasiones, pero hay que ser realista y saber que el claro favorito es Felipe, salvo avería mecánica lejos del box o algo así. Siempre hay que ir a la carrera con la idea de ganar, pero estando en el podio me quedaría satisfecho”. Eso sí, conociendo al ermuarra, sabemos que tendrá otras ambiciones mayores el domingo.

Distintas son las impresiones de Ismael Esteban, que sufrió un grave accidente en la pretemporada, que comienza a superar poco a poco pero aún no del todo. “Los días fríos lo noto mucho y tengo más molestias ahora que empiezo a apretar de verdad pero toca sufrir hasta que termine la temporada y me quiten los hierros”. Además es compañero de Orts, por lo que podría pensarse en que no le hará la competencia. Pero el cántabro aspira a reeditar su título de 2017. “Tengo a Felipe como un hermano pequeño. Por un lado le doy bastantes consejos, pero por otro lado aprendo mucho de él. Si estoy en este estado de forma después de la lesión es gracias a él, ya que sin querer me va apretando día a día y lo tomamos como un juego, aunque bastante competido. Así que espero hacerle frente en Legazpi. Sería muy bonito tener una pelea de tú a tú con el”, indica con su buen humor habitual.

Suárez, que no termina de encontrar el punto esta temporada, el reconvertido y recalificado Martín Mata, aunque no tendrá el mejor escenario para sus características, y el polifacético Oscar Pujol son otros de los que aspiran a ser protagonistas en Legazpi, con la duda si veremos finalmente en acción al siempre competitivo Tomy Misser.

viernes, 5 de enero de 2018

La magia de los Reyes de la pista llega a Galapagar

Galapagar, la localidad española que más se ha volcado con el ciclismo en pista en los últimos años -más incluso que Palma de Mallorca, aunque los eventos en el escenario balear hayan sido de mayor nivel- volverá a vivir una nueva gran cita, con la segunda prueba de la Copa de España que, además, incluye el Campeonato de España omnium.

Será el sábado 13 y el domingo 14 de enero, y para mí tiene un sentido especial ya que, a falta de algunos flecos por resolver, me permitirá vivir un evento de pista con una perspectiva distinta, en un evento que nace del compromiso del Ayuntamiento de Galapagar y del Club Ciclista Galapagar. No puedo decir que disfrutaré más, porque ya sabéis como he vivido siempre esta disciplina, con sincera intensidad. Y desde luego mi relación con esa pequeña familia de la pista -el pariente pobre del ciclismo, sin duda- seguirá siendo tan estrecha como siempre he procurado que lo fuera.

A falta de concretar la participación definitiva -la próxima semana-, ese Nacional de omnium se presenta como el gran atractivo, lo que ha obligado a concentrar las cuatro pruebas para los y las fondistas élite en la matinal del domingo: scratch, tempo, eliminación y puntuación coronarán a un nuevo monarca nacional, en un evento que solamente se había celebrado en 2010 y 2011, con triunfos de David Muntaner, en ambas ocasiones, y de Leire Olaberria, el primer año, y Ana Usabiaga, en la última edición.

Ausente casi con total seguridad nuestro medallista europeo y mundialista, Albert Torres, la cita de Galapagar se presenta como una gran oportunidad para que nuestros pistards cojan puntos UCI y puedan competir -debido al complejo sistema de clasificación- en pruebas de Copa del Mundo si el menorquín no está presente. Sebastián Mora, Illart Zuazubiskar, Julio Alberto Amores, Eloy Teruel o Enrique Sanz son algunos de los nombres que suenan oficiosamente como candidatos al rojigualdo. Entre ellas, la mayor de las Usabiaga intentará seguir sumando puntos en esa carrera tan costosa y sacrificada, pero a la vez agradecida, en su camino hacia el Mundial de Apeldoorn. Eso sí, tendrá que lucharlo ante su hermana Irene, Eukene Larrarte, Ziortza Isasi, Ane Iriarte, Isabel Ferreres e incluso podría estar Leire Olaberría. Como os decía, hasta la semana que viene no resolveremos dudas.

No me olvido de que hay vida después -más bien antes- del omnium, con el resto de las pruebas de la Copa de España, con velocistas confirmados como Jaime Vega, Alejandro Martínez, Itmar Esteban o Helena Casas, ni me olvido tampoco de los pistards juniors y cadetes que completan el programa de estas dos jornadas. Ni, desde luego, de la lucha por selecciones que en la primera prueba tuvo en lo más alto del podio a Euskadi… aunque realmente la victoria matemática correspondió a la Comunidad Valenciana.

Hoy llegan los Reyes Magos a Galapagar; pero la ilusión perdurará hasta la próxima semana, con la magia de los reyes… de la pista.

miércoles, 3 de enero de 2018

Para gustos, los colores… de los maillots

A pocos días del comienzo de la temporada ciclista en el World Tour, y con los maillots de los dieciocho equipos de la máxima categoría desvelados -en algunos casos con bastante menos protocolo del que se debiera, desde el punto de vista informativo-, es hora de ir acostumbrándonos a las nuevas equipaciones que, en algunos casos, cambian sensiblemente…. aunque no todas a mejor desde el punto de vista del diseño, que es lo que ahora nos ocupa. Ya sabéis que, para mí, hay dos elementos claves a la hora de juzgar la idoneidad de un maillot: la identificación, en este caso con la empresa o empresas que lo patrocinan, y la visibilidad, es decir, que se distinga del resto de escuadras en el seno de un pelotón.

El azul vuelve a ser, una vez más, el color dominante en los maillots, de hasta seis de las escuadras. Y de ellas, el cambio más significativo se produce en el Movistar Team que, por adaptar la vestimenta a los nuevos colores corporativos de Telefónica, ha aclarado sensiblemente la tonalidad, acercándose peligrosamente a la del Astana. Aunque tardaremos en ver los dos maillots juntos, creo que hay un leve matiz que ayudará a distinguirlos, siempre que no veamos esa gigantesca M que pienso que le da un toque de distinción, y de clara diferenciación, al jersey del conjunto español.

Por el contrario, Quick Step mantiene su ‘pantone’, pero con una camiseta mucho más tradicional y, sin duda, la que menos me gusta de la escuadra de Lefevre en los últimos años. Por ese clasicismo ha optado también el AG2R, con sendas franjas de sus tres colores corporativos -marrón, blanco y azul claro- en lugar de los ‘topos’ bicolores con el logo de la firma de seguros. Pese a que el marrón es un color maldito en el ciclismo -aunque no más que el naranja o el morado, que nadie incluye en esta primera división-, la combinación no queda mal. Y se distingue, que es de lo que se trata.

A la espera de que la entrada del copatrocinador Groupama se plasme en la ropa, el maillot de FDJ me parece uno de los más originales del pelotón 2018, jugando muy bien con los colores de la bandera francesa, con esa primacía del azul. Por lo contrario, la combinación de colores del Katusha-Alpecin -granate, azul celeste y rojo- es tan extraña y arriesgada que puede provocar rechazo, como es mi caso… sin que ello merme mi reconocimiento por dicha originalidad y diferenciación.

Continuando con el rojo, lo tenemos presente de forma más o menos destacada en cuatro escuadras. Y de ellas, es el maillot del Bahrain-Merida, que apenas cambia respecto al de 2017, el que, con diferencia me gusta por la combinación de elementos que ‘rompen’ el rojo. Es precisamente lo que echo en falta en el sobrio jersey del Trek-Segafredo, que ha optado por un atuendo monocolor que, sinceramente, no me dice mucho. BMC tampoco presenta muchas variaciones en su uniforme, que tiene un elemento positivo en la combinación con el negro y uno francamente mejorable: el pegote del logo de Tag Heuer en las mangas.


Cada vez menos rojo es la vestimenta del Lotto-Soudal que ha cambiado el tradicional rojo-blanco-rojo, que hace algunas temporadas era francamente elegante, por una pieza en la que los dos colores se distribuyen horizontalmente. Más moderno quizá, y perfectamente visible, aunque pienso que han perdido en imagen.

Muy parecido en esa estructura bicolor es el jersey del nuevo Education First-Drapac, solamente que con la parte superior en rosa -un color que da mucho juego pero que no es del agrado de los diseñadores ciclistas- y la inferior en blanco. Quizá el rosa debería haber tenido algo más de presencia, mientras que el verde en los ribetes de cuello y mangas está justificado por Cannoldale, pero no encaja nada bien.

Por el verde como tono principal solo han optado dos escuadras. Por un lado, el Bora-Hangsgrohe, que da a este color mucha más presencia de la que tenía en la equipación de 2017, reduciendo a la par el negro de antaño, con un resultado francamente elegante: sin duda, el más atractivo de todos los diseños, aunque no veamos vestido a Peter Sagan con él. Por otro, el Dimension Data, que también incrementa sensiblemente el verde corporativo, junto al blanco, que quizá sea más dominante, y sin apenas presencia del negro tradicional.

Un maillot que me recuerda muchísimo al inicial del Green Edge y que me gustaba bastante por su visibilidad. Y lo que son las cosas, el conjunto australiano ahora viste de forma radicalmente diferente por la entrada de sus nuevos patrocinadores, Mitchelton -que le da un tono negro que a pocos nos convence- y Scott -con leves toques amarillos. Se podría decir que es una camiseta única, y por lo tanto justificable, pero no me convence.

La vestimenta inversa de los ‘aussies’ es la del Lotto-Jumbo, donde se destaca el amarillo -otro color que no se prodiga en exceso últimamente en los pelotones- con man gas y costados en negro.

Nos quedan solamente tres maillots con el blanco como dominante. Uno de ellos es una verdadera sorpresa, ya que desde que salió a los pelotones el Sky había optado por el negro, con una franja central que ha cambiado en estos años (verde, azul…) al no tener la sociedad televisiva inglesa un único color corporativo. El maillot es mucho más ‘limpio’, aunque pienso que se podían haber currado un poco más la integración de la leyenda Sky: esa franja azul celeste está demasiado ‘apegotada’, aunque mantiene la tradición de los británicos.

Por su parte, los diseños de Sunweb y UAE son muy similares, con las mangas negras como contraste del blanco central. Eso sí, los germanos con esa doble franja vertical negra en el centro logran un equilibrio del que adolece el equipo arábigo, que pienso que podría jugar mucho mejor con los colores de su bandera nacional.

Aquí os dejo estás elucubraciones que, seguro, nadie comparte conmigo al cien por cien. Y es que para gustos, los colores… de los maillots.

Imagen tomada de CyclingNews, donde puedes votar por tu maillot favorito.